Javier Perianes: «Ser artista en residencia de la OSCyL es una brillante culminación a nuestra relación»
El pianista dirige este lunes a la Orquesta Sinfónica de Castilla y León en la Semana Internacional de la Música de Medina del Campo y el jueves y viernes en el Auditorio Miguel Delibes
El pianista y director de orquesta Javier Perianes
Tras actuar recientemente en Dallas y Hamburgo, Javier Perianes, hace parada en Valladolid para ponerse al frente esta semana de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León en el Auditorio Miguel Delibes. Pero antes, este mismo lunes, regresa a Medina del Campo para dirigir a ... la formación castellano y leonesa, con la que tiene una estrecha vinculación, en dos «icónicos» conciertos de Mozart. La cita, que le hace una especial ilusión al gran intérprete onubense por su «vínculo» tanto con Emiliano Allende -director del certamen- como con el municipio vallisoletano, será la primera desde que fue nombrado artista en residencia de la Oscyl.
Vuelve a la Semana de la Música de Medina del Campo en condiciones muy diferentes a cuando actuó la última vez, en 2020.
Sí. De todas maneras, tengo un bonito recuerdo de aquella ocasión. La situación entonces era tan incierta para todos, que poder hacer música, aunque fuera en unas condiciones tan extremas y particulares, me produjo una enorme alegría. Tengo un vínculo especial tanto con Emiliano Allende, el director de la Semana, como con la propia Medina, así que para mí es muy especial volver. Afortunadamente ahora estamos en otras circunstancias.
¿Qué ha supuesto para usted esa vuelta a la normalidad en las salas de conciertos?
Es una especie de recuperar el pulso. Es cierto que hay una parte del público al que le está costando un pelín más volver, quizá por miedo, lo cual es absolutamente lícito y comprensible, pero también por cambio de hábitos. Hay quien desde el encierro tiene otra manera de aproximarse a la cultura, lo hace desde casa con emisiones en streaming. Pero yo creo, y lo digo convencido, de que el concepto del directo tiene una liturgia y un nivel de comunicación, entre los intérpretes y el público, que es muy difícil de emular a través de un ordenador, una televisión o incluso la radio.
El concierto de Medina y los sucesivos que tendrá esta semana en Valladolid con la Orquesta Sinfónica de Castilla y León será los primeros que ofrezca como artista en residencia. ¿Cómo valora este programa?
Estoy encantado. Es como una especie de culminación bonita y brillante de una relación que se ha venido intensificando en los últimos años entre la Orquesta, la institución y un servidor. Para mí, ser artista en residencia de la OSCyL me llena de orgullo y me da la oportunidad de seguir colaborando con un grupo de músicos, profesores y maestros a los que respeto, admiro y valoro.
Para este programa ha elegido dos obras de Mozart: el concierto para piano y orquesta nº 20 en re menor y el concierto para piano y orquesta nª23 en la mayor. ¿Por qué?
Son dos de los conciertos más célebres de su catálogo. El segundo movimiento del concierto nº 23 está entre esos realmente icónicos de la producción 'mozartiana'. Estoy encantado de presentar este programa tan bonito y atractivo, y deseo que el público pueda disfrutarlo.
Su siguiente actuación con la OSCyL será en mayo, en el marco de un homenaje a Alicia de Larrocha en el centenario de su nacimiento.
-Sí, Alicia de Larrocha ha sido, es y será una de las figuras capitales del pianismo internacional. En 2023 se cumplen cien años de su nacimiento y tendremos la fortuna, porque las fechas son caprichosas, de hacer un recital en Valladolid el 23 de mayo, coincidiendo con el día en que nació. A mí me parecía muy importante que las instituciones, no sólo los artistas, dieran ese paso de homenajear a la considerada una de las artistas españolas más importantes de nuestra historia. Participar en esta especie de fiesta me llena de satisfacción.
A finales de noviembre, tras varios conciertos en España, volverá a Estados Unidos y luego en Alemania, Hungría... ¿Encuentra muchas diferencias entre los públicos?
Quiero pensar que el público en general cuando encuentra una interpretación que le satisface responde con igual pasión. Es absolutamente innegable que el público japonés tiene fama mundial de ser muy respetuoso; el sudamericano es muy apasionado, y el austriaco y alemán es un público muy acostumbrado y entendido. Pero también el nuestro, el español, es un público que lleva muchos años escuchando música clásica. Nuestras orquestas han pasado de novedad a ser tradición y eso es maravilloso. Algunas ya superan los 20 ó 30 años de vida y eso va dejando poso en cuanto al refinamiento del gusto y escuchar cada vez más y mejor música.