Un gran resultado

España está llena de populares y socialistas, socialistas y populares. El triunfo de ambos se basa en sus programas pero también en el temor que las propuestas del resto de los comparecientes generan en la inmensa mayoría de los españoles. Sus voces son las de 258 diputados en el Congreso. Eso si es una mayoría, eso sí supera con creces los 176 escaños que marcan la mayoría absoluta.

Los españoles han votado, más o menos, al Partido Popular para que no gobernaran ni Vox ni los independentistas y los españoles también han votado, más o menos, al partido Socialista para que, curiosamente, no gobernaran esos mismos.

Los españoles estarán contentos de que gobiernen los suyos, sean quienes sean, pero la aritmética de los posibles pactos nada tendrá que ver con la voz de la soberanía nacional si a ellos no se trasladan los motivos por los que los españoles hemos votado lo que hemos votado. Este país se merece que sus representantes les escuchen y que triunfe la democracia y no la aritmética, por muy utópico que eso pueda parecer. PP y PSOE tienen la oportunidad, gracias a los votos depositados en las urnas, de volver a unir un país, de volver a unir a España, de volver a unir a los demócratas en los que ambos se asientan y a los que ambos se deben. Las cábalas suenan difíciles en el inmediato análisis electoral, pero la esperanza debiera imponerse justo después de pensar en todo lo bueno que podría traernos el resultado de este 23J.