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Construcción: un pilar de la economía en la que no 'fraguan' los nuevos trabajadores

«Hay trabajo», señalan la Confederación Castellano y Leonesa, que lamenta que desde la anterior crisis no han logrado hacer «atractivo» al sector

Los prefabricados y la falta de mano de obra acechan al sector de las tejas y ladrillos

Pisos en construcción en la provincia de Valladolid I. TOMÉ

Isabel Jimeno

VALLADOLID

«Mucho peor de lo que debería estar y de lo que está llamado a ser, pero mucho mejor de lo que las circunstancias pueden hacer pensar que puede estar». Así, con esta especie de trabalenguas, define la situación del sector de la construcción ... Javier Vega, presidente de la Confederación Castellano y Leonesa de la Construcción. Intentando guardar el equilibrio y sostenerse frente a los golpes de «tormenta perfecta» que los azota: subida de tipos de interés, alza y escasez de materias primas y uno de los grandes «problemas» para los que no logra encontrar solución como es la «falta de mano de obra».

Desde la explosión de la burbuja inmobiliaria a finales de 2007 y principios de 2008 «no hemos conseguido hacer atractivo el sector», asume con resignación Javier Vega. Y «hay trabajo», subraya con cierto pesar al ver cómo en las listas del paro en la Comunidad hay más de 110.000 personas inscritas, cerca de 6.900 de ellas en el sector de la construcción. A la vez, muchas empresas no logran cubrir los puestos que ofrecen. Salvo para casos concretos, «no se puede pagar por no trabajar», sentencia en el análisis de esa descompensación entre las necesidades de mano de obra y gente en el desempleo. Y «pagamos entre un 20 y 28 por ciento más que en otros sectores», añade el presidente de la patronal de la construcción, quien reconoce los 'sambenitos' que pesan sobre esta actividad como el calor o el frío en un 'puesto' de trabajo en general al aire libre. «Es menos penoso de lo que era», apostilla.

La actualidad y el futuro dibujan un panorama en el que «no tenemos recambio generacional en nuestro sector», incide el máximo responsable de la confederación. «Tenemos un déficit muy, muy, muy importante de trabajadores y de cualificación profesional», recalca Vega. «Nos cuesta que jóvenes y no tan jóvenes vayan a formarse», incide. Y señala que si bien, por un lado, esta escasez de mano de obra «no» pone en riesgo la continuidad del sector, por otro precisa que «sí» está afectando ya a obras que quedan desiertas.

En lo que va de año, apunta, en Castilla y León ya son 75 los proyectos que las diferentes administraciones querían llevar a cabo y que no han encontrado quién los haga realidad -sobre todo, en el ámbito local, con 59 'obras' en blanco- por un volumen de unos 30 millones de euros. «¡Es mucho dinero!», apunta Javier Vega.

Fondos europeos en «riesgo»

Y está en «riesgo», añade, la «oportunidad» de convertir en proyectos palpables «todos» los fondos Next Generation. «En esta Europa verde tenemos mucho que decir», defiende. «Todo pasa por el sector de la construcción», recalca Vega, a la vez que reconoce que han de «volcar todo nuestro esfuerzo en que los jóvenes y las mujeres se acerquen al sector». «Si no, habría que traer gente de fuera», añade. Y hace cálculos sobre lo que es y puede llegar a ser la construcción en Castilla y León, alejada de los 'castillos' en el aire que llevaron al 'boom' y al posterior fin de la burbuja inmobiliaria.

La situación actual «no tiene nada que ver» con ese 2008 imposible de olvidar. «Todavía recuerdo con angustia» esos momentos, asume Vega, quien a la vez que lamenta que se les hizo «culpables de todo», también asume su parte de responsabilidad, ya que «creímos que se podía urbanizar todo». Ahora, el sector inmobiliario «va bien», aunque también los constructores sufren que «no pueden hacer tantas viviendas como quisieran», aquejados por la subida de tipos de interés, falta de inversores y la nueva ley de vivienda que sume al sector en la incertidumbre por los límites al alquiler. «Intervenir tanto en un sector es malo. Tremendamente pernicioso», alerta Javier Vega.

Llegar a las cifras del boom es «sobredimensionar», puntualiza. Y explica que también han cambiado los métodos de trabajo. Por ejemplo, frente al ladrillo cara vista que imperaba entonces, ahora dominan las fachadas ya prefabricadas que requieren menos obreros a pie de edificio. Los cerca de 100.000 trabajadores de entonces no son una cifra a alcanzar, pero los 68.000 ocupados que reflejaba la última EPA (Encuesta de Población Activa) no son suficientes para cubrir las demandas, pese a que en el último año han aumentado en unos 2.500. «Necesitamos mucha gente», insiste. Si en España el sector requiere de unos 800.000, en Castilla y León, Vega extrapola la cifra a unos 24.000 a mayores.

Futuro «en positivo»

En cuanto a la caída de empresas con el desplome de la anterior crisis, ya «tocó fondo». Y ahora, defiende, se ha convertido «en un sector muy fuerte», ya que las que han logrado resistir tienen un «gran soporte». Había «casi el doble que ahora». Los datos de mayo anotan 7.237 dadas de alta en el sector de la construcción en Castilla y León, con una ligera bajada respecto al arranque del año. Aunque, expresa, las que se mantienen activas también tienen en general mayores dimensiones. Representan entre el 8 y 9 por ciento del PIB autonómico. Y son mucho más, señala, que levantar edificios o carreteras. Son la base para la instalación de placas solares o aerogeneradores, en las obras de un hospital, en hacer un colegio nuevo... «ahí está la construcción». «Es uno de los pilares que va a sujetar la salida de la crisis», subraya Vega, aunque apostilla: «No está siendo en la medida que está llamado a serlo». Aún así, quieren ver el futuro «en positivo».

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