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«Conservar el lobo no puede ser a costa de otras especies»

Expertos advierten de que «proponer un aumento constante de las poblaciones no es una estrategia viable» e inciden en que «la clave es la coexistencia» con humano y ganadería

Castilla y León ve «un insulto a la inteligencia» la comparación del Gobierno entre la población de lobos y linces

Ejemplar de lobo ibérico, en una foto de archivo ICAL
Isabel Jimeno

Isabel Jimeno

Valladolid

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Lobo, oso y lince. Tres grandes mamíferos que comparten también el ser especies protegidas, el estar recuperando poco a poco el terreno que perdieron hace años. Pero su diferente biología condiciona su reproducción y, por tanto, su supervivencia. De ahí que las estrategias de conservación ... «no» puedan ser iguales, defiende Vicente González Eguren, doctor en Veterinaria. En el mismo sentido, su colega vallisoletano Luis Alberto Calvo Sáez, presidente del Consejo General de Veterinarios de España, apuntaba hace unos meses en un artículo que «existen diferencias esenciales» en la dinámica de estas poblaciones, a las que ahora el Ministerio para la Transición Ecológica pone en comparación en base a números absolutos. «Hay menos lobos que linces», esgrimía el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, anticipando su rechazo a que la evolución de la especie pueda considerarse favorable a pesar de que el último censo nacional eleva de 297 a 333 las manadas –en Castilla y León han pasado de 179 a 193–. Según los cálculos del departamento de Sara Aagesen, con entre 4,5 y 6,5 ejemplares por grupo, habría de 1.300 y 1.900, por debajo de los 2.046 felinos del último conteo. Aunque, apostilla González Eguren, la «cifra media» de lobos por manada sería de «entre siete y ocho», por lo que el censo se elevaría a 2.000-2.500.

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