El Bono Rural gratuito sumará este año 155.000 viajes a la demanda

Concluida su total implantación, permite los desplazamientos sin coste a bordo de 1.952 rutas

González Corral, el Rubena (Burgos), donde concluyó el pasado mayo la implantación de este servicio R. O.

VALLADOLID

19/12/2022
Actualizado a las 08:53h.

El funcionamiento es sencillo. Los interesados sólo tienen que hacer un clic a través de una aplicación o llamar a un número de teléfono -en el caso de los más analógicos-. Con ello reservan una plaza para subir a bordo de los distintos vehículos que ... se ponen en circulación cada día para unir los dispersos núcleos de población que se escalonan en la Comunidad a través de las 1.952 rutas de transporte a la demanda que existen actualmente en Castilla y León. Un servicio que, desde que se ha implantado en el conjunto del territorio el Bono Rural, es completamente gratuito y se calcula que en este 2022 bonifique en su totalidad el coste de 155.000 viajes en la Comunidad.

El citado Bono Rural se enmarca en «las políticas destinadas a fijar población» por parte de la Consejería de Movilidad y Transformación Digital que dirige María González Corral, entre las que destacan una «apuesta firme por el transporte» que se traduce en «el mantenimiento del cien por cien de los servicios públicos regulares de viajeros por carretera, cuyo déficit de explotación es sufragado con cargo a los Presupuestos» de la Junta. En 2022, se han destinado 38 millones de euros para paliar ese coste, un 16 por ciento más que el año pasado. En los últimos tres años el desembolso supera los 100 millones de euros.

El modelo para el transporte público regular de viajeros de uso general es un servicio a la demanda que se programa y presta previa petición del usuario en 123 zonas, de las cuales 104 se vinculan a Zonas Básicas de Salud, en las que se teje una red de paradas que conectan a más de 2,2 millones de personas que residen dentro de en escenario de dispersión de población (5.292 núcleos habitados) y baja densidad demográfica (27 habitantes por kilómetro cuadrado).

El modelo entró en funcionamiento en 2004 con el ánimo de adaptar el sistema concesional a las nuevas necesidades de movilidad demandadas por la sociedad para garantizar el acceso a servicios básicos como son la sanidad, la cultura, el turismo y el ocio y que con el éxodo a las ciudades se han ido concentrando en las capitales de comarca. Una prestación que se hizo gratuita con la entrada en vigor del Bono Rural, que comenzó su aplicación en 2021 y culminó su implantación en el conjunto del el pasado mes de mayo.

Tras 18 años circulando, la Junta no sólo defiende el «éxito» del modelo de transporte a la demanda -por «haber conseguido que los ciudadanos de las áreas rurales tengan los mismas oportunidades para acceder a los servicios que disfrutan los habitantes de las ciudades»-, sino que considera que es el pilar sobre el que debe pivotar el nuevo mapa de transportes a definir y en el que trabajan desde Movilidad como alternativa a la sucesión de rutas que ya no se ajustan a los usuarios de cuando habían sido diseñadas en los ochenta.

Diez vehículos asisten en la zona de Guardo (Palencia) a cientos de usuarios

"Llamas, reservas y te dicen la hora a la que te recogen"

El Bono Rural gratuito sumará este año 155.000 viajes a la demanda

De la mano del éxodo rural, poco a poco bienes y servicios que siempre habían estado al alcance de los vecinos del medio rural dejaban de estar a pie de calle. Banco, médico o comida y, en definitiva, primeras necesidades con la despoblación se escapaban a decenas de kilómetros en las cabeceras de comarca y otros municipios que han conservado un cierto tamaño. Una distancia que, aunque pequeña, puede ser insalvable para personas que carezcan de vehículo o que por su edad no puedan ya conducir. El transporte a la demanda se ha convertido en una vía para «poder salir del pueblo» sólo durante unas horas. Así lo explica Marga Martín, de 53 años y residente en Guardo (Palencia). Cuando puede se escapa a Aviñante, una pequeña localidad perteneciente al municipio de Santibáñez de la Peña, hasta el que hay que desplazarse si se necesita adquirir bienes básicos. Existe una línea regular que llega desde la Montaña Palentina a la capital provincial, pero los horarios y frecuencias reconocen que limitan los desplazamientos. Con los servicios bajo reserva se pueden desplazar para las gestiones necesarias. Pan, banco, farmacia, hacerse una analítica... Es «cómodo» y nunca da problemas. «Llamas, reservas y te dicen hora de recogida». Recalca Martín, además, cómo «a la gente mayor les dan un servicio» con el que están «encantados», con un trato casi familiar por parte de quienes les trasladan hasta municipios de referencia del entorno en los que, además, recurren a una importante necesidad, la de «socializar». «Allí se encuentran con gente de otros pueblos» que, como ellos, van, por ejemplo, todos los viernes al mercado. Éste es uno de los servicios fijos que establecen en esta zona, una de las 123 desplegadas por la Comunidad. Al del mercado se suma una segunda ruta a demanda que se realiza los martes y las que de lunes a viernes recogen usuarios a bordo de los transportes escolares de uso combinado. Para subirse a cualquiera de ellas hay que llamar al 900204020 o reservar a través de una aplicación móvil antes de las dos de la tarde del día anterior. Con ello se elabora una relación de usuarios y paradas que se facilita a los conductores de los transportes, diez vehículos de distinto tamaño para adaptarse a la demanda, que dan cobertura a un volumen de usuarios que varía de los 201 mensuales de noviembre a los 340 del mes de agosto, explica Luis Vallejo, encargado de la ruta Carrión-Villoldo. Y es que en verano los más jóvenes se multiplican. A los que habitualmente viven allí se suman los que vuelven al pueblo durante las vacaciones, una tradición que Martín reconoce que ayuda a asentar este transporte en cuanto a que rompe un posible aislamiento y les permite desplazarse y juntarse en otros puntos de la comarca. A bordo «todos se conocen», explica Vallejo, incluidos los conductores, que pueblo por pueblo van recogiendo pasajeros, primero en la ruta de los institutos, después en las de los colegios y de vuelta, además de entre medias las de los viernes y martes. Más allá de escolares, se trata de gente que acude en busca de servicios, en su mayoría mayores y cuentan «con toda nuestra colaboración».

El mapa de ordenación del transporte público de viajeros por carretera de Castilla y León, aprobado mediante Decreto el pasado septiembre, prevé, así, entre sus bases un papel preponderante del transporte a la demanda frente al regular interurbano convencional para dar cumplimiento a su objetivo estratégico: dar cobertura total a todas las localidades de la Comunidad con un servicio público. En este contexto, se aspira a ampliar la zonificación al conjunto del territorio de la Comunidad, posibilitando dar servicio a más de 1,7 millones de viajeros anuales, alcanzando esta modalidad el 50 por ciento de la oferta del transporte regular.

El nuevo sistema se ha planteado como un «modelo flexible para permitir su adaptación a la evolución de las características poblacionales y territoriales de la Comunidad», permitiendo «una optimización de los recursos adecuando la circulación de los autobuses a los viajeros» que, en un 65 por ciento, son personas mayores de 65 años, y con viajes «más rápidos, al realizar sólo las paradas precisas».

Ventajas

Asimismo, entre las «bondades» del modelo, la Consejería de Movilidad destaca además del beneficio para el usuario de «un servicio de transporte, en el momento que lo precise, en aquellos asentamientos donde no existía o el refuerzo de los ya existentes», otras tantas que redundan en el operador de transporte -por la reducción de costes de explotación- con recorridos óptimos en función de la demanda, un incremento de viajeros ante una mejora del servicio, una gestión de recursos en tiempo real y la posibilidad de adaptar el vehículo al medio (autobuses, microbuses, taxis, 4x4…). Asimismo, apuntan también a ventajas sobre el medio ambiente en cuanto a que se ahorra gran cantidad de combustible y se evita la emisión a la atmósfera de toneladas de CO2, ya que sólo se realizan aquellas expediciones, y en los tramos concretos, en los que se hayan efectuado reservas previas por parte de los ciudadanos, de manera que un vehículo no recorra vacío las localidades implicadas.

El modelo más extenso de movilidad sin tarifas

El modelo de transporte a la demanda de Castilla y León ha servido de «ejemplo» a otras comunidades autónomas (La Rioja, Galicia, Castilla-La Mancha, Extremadura, Aragón o Comunidad Valenciana…) que mostraron su interés por el mismo e incluso lo han trasladado y adaptado a sus territorios y ha suscitado también atención en el ámbito del Estado y en países de la UE e Hispano-América al que se ha sumado recientemente el de la Universidad de Bruselas, que ha trasladado un equipo para conocerlo en el marco de un proyecto de investigación que explora las transiciones de movilidad relacionadas con las tarifas de transporte público. Titulado ‘De tarifas bajas a transporte sin tarifa: un análisis de la dinámica económica, operativa, socioespacial y política del transporte público gratuito’, está realizado por la Vrije Universiteit Brussel (Bélgica) y el Instituto de Investigación Socioeconómica de Luxemburgo, y es el primer proyecto de investigación que explora los desplazamientos sin coste desde una perspectiva global, recopilando datos en todo el mundo, de todos los municipios que ofrecen este tipo de servicio.

Interesados en obtener información sobre los viajes sin tarifa implementados en zonas rurales de Castilla y León, el de la Comunidad «es uno de los pocos casos existentes en España y parece ser que el más extenso», apuntan desde la Consejería de Movilidad y Tranformación Digital.