Un año de prisión para el hombre que abofeteó a su pareja en un directo de TikTok
El condenado y la víctima aseguraron que fue un «show», pero el juez entiende que la «agredió y humilló en público»
Imagen del directo en el que participaba la víctima cuando fue agredida
El Juzgado de lo Penal de Soria ha condenado a un año de prisión al hombre que dio una bofetada a su esposa mientras ésta participaba en un directo en Tik Tok. Ambos aseguraron tras la agresión que todo había sido un «show», pero ... la magistrada señala en su fallo que ello «no es justificación de la agresión», que la reacción de ella llorando «no fue fingida» y que no era la primera vez, ya que en otro vídeo reconoce que le había dado dos palizas.
Los hechos se remontan a la madrugada del 28 de enero, cuando la joven estaba haciendo un directo en TikTok junto a otros tres jóvenes. Uno de ellos señaló «como no me has elegido mira lo que te has perdido» mientras enseñaba su torso desnudo. Se oyó entonces a otra persona junto a ella y le animaron a «asomarse». Lo hizo, dándole una bofetada. Inicialmente dijo a sus atónitos interlocutores que había sido su padre, pero poco después confesaría que había sido su pareja. «Ofendido por lo que le habían dicho», de «una manera pública y notoria, ante miles de personas, agredió a su esposa, con intención de menoscabar su integridad física», señala la sentencia.
La «golpeó con la finalidad, además de causarle un maltrato físico, de humillarla y menospreciarla ante sus amigos y conocidos; impuso su dominación sobre su esposa ante las redes sociales, sin que el hecho de que estuviera en directo le hiciera detener su agresión; y se sintió ofendido por lo que le habían dicho a su esposa y reaccionó agrediéndola en público», prosigue el fallo, que le impone también la prohibición de acercarse durante tres años a menos de 300 metros de la persona, domicilio y lugar de trabajo de la víctima y de comunicarse con ella, que no quiso formalizar denuncia ni declarar contra él en el juicio celebrado en Soria el pasado 21 de febrero.
Poco después de la agresión, la mujer había vuelto a conectarse y aseguraba que todo había sido consensuado, siendo, decía, el bofetón «un show» que buscaba «más seguidores», «más comentarios», «fama y dinero». No obstante, entiende la jueza que la sorpresa y las lágrimas que brotaron tras el golpe no eran «fingidos» y que el hecho de que en un segundo vídeo señalara que lo «merecía» implica, por un lado, una «justificación» que de ser un montaje «no sería necesaria»; y, por otro, una «situación de sometimiento».
En todo caso, «no es justificación de la agresión, ni supone que no sea castigada, el hecho de que la víctima consienta y justifique la bofetada» y «en los delitos de violencia de género no es necesaria la denuncia de la víctima». «Basta con el simple hecho de la retransmisión en directo de la bofetada para que los poderes públicos desplieguen el ámbito de protección de la víctima, con independencia de que ella se reconozca como tal».
Así ocurrió tras la viralización de la agresión. Las imágenes llegaron a la Policía Nacional y se habían iniciado las investigaciones para localizar al condenado cuando éste se presentó en Comisaría en Soria junto a la víctima para denunciar que estaban siendo el blanco de insultos y amenazas tras lo ocurrido. Inmediatamente fue detenido y ella sólo formalizó denuncia como supuesta víctima de esos mensajes que había recibido contra su persona en redes sociales.
«En los delitos de violencia contra la mujer, como en todos los delitos de lesiones graves, el consentimiento de la persona agredida es irrelevante y procede el castigo en todos los casos», recoge el fallo, que sentencia que «esta conducta merece el mayor reproche penal que permite la ley, merece que se imponga la pena en su grado máximo, ya que el acusado no es capaz de respetar a su esposa, ni siquiera en público. Además, al parecer, esta conducta ya ha sido repetida en ocasiones anteriores, ya que la víctima reconoce que, con anterioridad a estos hechos, ha recibido dos palizas». De hecho, la Policía Nacional ha tenido que intervenir en ocasiones anteriores por «disputas» que a juicio de la magistrada acreditan «la existencia de una situación evidente de maltrato continuado».
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