Regreso a Ítaca

Al final todo se reduce a eso. Y mira que no hay matices que aclarar en toda esta algarabía del pueblo español. No olvidemos que somos los biznietos de aquél motín por el cual se sublevó el gentío por recortar capas y sombreros por mor de la seguridad nocturna y modas francesas.

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Alejandro Julián García Nistal

Siempre que se nos ha llevado a la hartura hemos saltado como un resorte donde la violencia pierde la razón y los argumentos pecan de sordera generalizada. En Castilla y León sigue coleando la 'gambada' del comunista que se llevó al huerto a Vox con lo de la publicidad institucional, aunque lo que más tememos ahora es la nueva financiación a Cataluña y regalos al País Vasco, en detrimento de nuestra propia calidad de vida. Todo por mantener a un tal Pedro en su sillón, y no el de Roma precisamente. Y el verano se nos ha echado encima, quien más y quien menos huye a su Ítaca. Deja los temas pendientes para la vuelta del periodo estival. España es así. Nos permitimos el lujo de parar el resto de la sociedad para dar fuerza a la primer industria nacional, el turismo. Los pueblos de Castilla y León se llenan con los que se fueron y sus descendientes. Las iglesias rurales se llenan de repente, las calles y plazas silenciosas cobran vida con la chiquillería, los vehículos mal aparcados y todo parece entrar en un bello caos de dos meses de duración.

Tinto de verano y siesta para todos, también para los de la 'paguita'.