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Fernando Conde - Al pairo

Tierra Leve

«La soledad de los muertos debe de ser sólo equiparable a la soledad de los apestados, que es en lo que, en esta sociedad cainita y desmemoriada, se convierten los políticos que caen en desgracia»

En la antigua Roma era costumbre que los generales victoriosos pasearan sus triunfos por la «urbs» en olor de multitudes. Esos paseos de gloria eran el mayor reconocimiento al que un triunfador podía aspirar en la ciudad eterna. Pero los viejos romanos sabían que las ... glorias humanas son siempre pasajeras, y que lo que hoy es miel mañana puede convertirse en hiel. Por eso en su paradigmático pragmatismo obligaban al ufano militar a llevar tras de sí un lictor o un sirviente que a modo de letanía iba repitiéndole machaconamente la misma frase: «memento mori, memento mori» (recuerda que eres mortal).

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