Premios Castilla y León: el ejemplo de los mejores

Juan Manuel de Prada: «Creo en el escritor comprometido con su tiempo»

Su habilidad como escritor le ha proporcionado grandes galardones como el Premio Planeta o el Nacional de Narrativa, pero su profunda vinculación con Zamora, pese a ser uno de los hijos de la diáspora -nació en Barakaldo, Vizcaya, en 1970- le ha hecho sentir especialmente «abrumado» con el Premio Castilla y León de las Letras, quizá por quebrar esa ‘máxima evangélica’ de que «nadie es profeta en su tierra». En el fallo, el jurado valoró su obra, proyección, dominio del lenguaje y faceta metaliteraria. Volcado ahora en la que dice que es «la gran obra» de su vida, una biografía de la escritora catalana Ana María Martínez Sagi, el autor, ensayista y columnista de ABC defiende el papel de la literatura para mantener a la sociedad «despierta» y «consciente del mundo en el que vive»: «Creo en el escritor comprometido con su tiempo y también con la creación. Son dos facetas que no están reñidas sino que son complementarias».

Juan Pedro Bolaños: «La percepción de la ciencia ha cambiado con la pandemia»

«Me jubilaría muy tranquilo si realmente el fruto de mi profesión hubiera dado suficiente información para que alguna enfermedad se pueda aliviar», confiesa Juan Pedro Bolaños, Premio Castilla y León de Investigación Científica y Técnica e Innovación en una entrevista en Ical. Llegó a Salamanca con 18 años para estudiar Farmacia y en la ciudad del Tormes echó sus raíces. El catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Salamanca asegura que la investigación «debe ser una bola cada vez más grande» en cada laboratorio para mejorar la calidad de vida de las personas, y por ello demanda «ser valientes» y «pasar de las palabras a los hechos» en su financiación. Su percepción es que «cada vez más la sociedad valora la ciencia», a lo que cree que ha contribuido la pandemia: «Ha sido un antes y un después».

Marta Fernández: «El agua, mi mayor miedo, se convirtió en mi pasión»

Marta Fernández Infante se enteró de que le habían concedido el Premio Castilla y León de Deportes al quitar el modo avión del móvil y ver un aluvión de llamadas y mensajes de enhorabuena. La nadadora, que volvía de competir en Berlín, ha visto así reconocida su «brillante actuación» en los Juegos Paralímpicos de Tokio, de los que se vino con tres medallas al cuello, una de cada color: oro en los 50 braza SB3, plata con récord mundial en los 50 mariposa S5 y bronce en los 50 libres S5.

«Este premio ha sido una sorpresa, sabía que mi candidatura estaba, pero considero que entre los valorados había grandes deportistas con grandes trayectorias», indica con sencillez la campeona, que asegura que está rodeada de gente extraordinaria y que le hace una «ilusión enorme» estar entre los que recogerán su galardón en La Bañeza. Eso sí, de la ceremonia piensa irse directa de nuevo a la piscina. «De pequeña me daba terror el agua y mis padres me llevaban obligada, porque era la mejor rehabilitación para mí», evoca. «Pasó de ser mi mayor miedo a mi mayor pasión», confiesa.

Ahora asegura que, a pesar de la presión y de horarios maratonianos, disfruta «de cada entrenamiento igual que hace un año». «Ojalá sea sólo el principio», desea, con energía. No en vano, está curtida en la competición. Y la ‘fama’ tiene un efecto que empieza a notar ahora: «Nos han dicho que fueron los Juegos Paralímpicos más visionados de la historia, y he sabido a través de clubs y de federaciones que hay gente que ha empezado a nadar porque los ha visto. En muchos casos, gente con discapacidad», sonríe.

Miguel Ángel Verdugo: «Sin investigación y datos no se avanza en derechos»

El Premio Castilla y León de Ciencias Sociales y Humanidades recae en el catedrático de Psicología de la Discapacidad Miguel Ángel Verdugo, que recibió la noticia «con la alegría» de que el galardón premie toda su trayectoria, 45 años que le han convertido en un gran experto en la materia. Al frente del Instituto Universitario de Integración en la Comunidad (Inico), entidad de la que se siente especialmente orgulloso, cree en el dato como base para el avance social. «La discapacidad es más visible y está mucho mejor entendida socialmente que hace unos años, pero la investigación en este campo aún va por detrás», sostiene el investigador, para el que cualquier medida debe apoyarse en la evidencia científica. «Los datos aportan reflexión y sin ellos no se avanza en derechos», asegura.

Si bien las organizaciones son «más potentes» y la administración está «más sensibilizada», el acercamiento social «aún es demasiado lento para las necesidades de las personas», matiza. En un panorama en el que hay un amplio abanico de situaciones y «la discapacidad forma parte natural del entorno de todas las personas», Verdugo considera que lo más acertado es «dar muchas respuestas diferentes, pero sin financiar en mayor medida lo segregado». ¿Por qué? Porque «cada discapacidad es un mundo» pero, a pesar de la dificultad de llevarlo a cabo en los casos más acusados, indica que en todas aplica la necesidad de que la respuesta sea «lo más ordinaria y natural posible».

Así, la calidad de vida -uno de los ejes del trabajo de Verdugo- pasa por no alejar a las personas con discapacidad de su familia, de su entorno, del mundo. Centros apartados en lo educativo y laboral o eufemismos no ayudan. «La terminología es una de las batallas de la discapacidad, y decir diversidad funcional tiene buena voluntad pero es no decir nada, porque la sociedad ya es diversa, cuenta con diferentes situaciones, aspectos, religiones… así que sólo invisibiliza», señala el académico.

Pedro Pablo Crespo: «El fútbol genera un sentimiento de pertenencia único»

La Fundación a la que da nombre el exfutbolista Eusebio Sacristán, principal impulsor de la misma, lleva casi 20 años trabajando con la idea de que el deporte es una gran herramienta de inclusión e igualdad. Con esa inquietud sigue trabajando el equipo de empleados y voluntarios de la entidad en un proyecto que tiene ante sí ahora el reto de expandirse al medio rural. Pedro Pablo Crespo, director de la entidad ganadora del Premio Valores Humanos, destaca en este sentido el papel de la Fundación a la hora de hacer ‘Comunidad’: «El fútbol genera un sentimiento de pertenencia único y los niños y niñas de la Fundación se sienten castellanos y leoneses. Utilizar esta herramienta para afianzar esos sentimientos es muy importante».

Chema Viejo: «Debemos pensar cómo una restauración puede contribuir al desarrollo territorial»

«Honrados, orgullosos y motivados para crecer», así declaró el director general de Fundos, Chema Viejo, que acogían en el Museo Casa Botines Gaudí la noticia de ser distinguidos con el Premio Castilla y León de las Artes. El jurado premió así la apuesta de la ‘fortaleza’ museística leonesa por su «innovación en la gestión cultural», así como «en reconocimiento a su labor como institución privada al servicio de la sociedad».

La Casa Botines asegura que centra sus esfuerzos tanto en la conservación como en la investigación. Además, canaliza su labor de difusión a través de la propia revista oficial del museo (Dragón) y de su Área de Educación y Acción Cultural (DEAC), dedicada a adaptar el museo a los niños.

El palacete en el que se ubica, ideado por Antonio Gaudí y con guiños a un dragón en toda su estructura, alberga y expone en tres plantas desde una exposición permanente sobre su célebre arquitecto hasta tesoros de Dalí o de Sorolla, pertenecientes a la colección de la Fundación Obra Social de Castilla y León (Fundos). Esta abarca cinco siglos de arte, si bien se nutre fundamentalmente del XIX y el XX.

Un equipo de 18 personas «muy joven y magníficamente formado» gestionan hoy este espacio, que ve en el galardón un espaldarazo en víspera de la elección del Museo Europeo del Año, reconocimiento al que aspira. Cree Viejo que «la ilusión» es la principal receta del éxito de la institución y se permite hacer una recomendación para que la Comunidad aproveche mejor sus recursos patrimoniales: «No basta con restaurar una iglesia o un castillo, tenemos que pensar en cómo puede contribuir eso al desarrollo del territorio».