Los hechos ocurrieron el 4 de julio de 2014 en una gasolinera de Guijuelo donde el cliente repostó gasolina por valor de quince euros que él mismo pagó, pero a rrancó sin sacar la manguera del depósito del automóvil causando desperfectos al surtidor, hasta el punto de que a la empresa le salió más barato comprar uno nuevo.
En un primer momento fue un Juzgado de Béjar (Salamanca) el que condenó a la compañía aseguradora del conductor a pagar 3.534,28 euros, teniendo en cuenta el precio del surtidor nuevo así como el dinero que dejó de ganar la empresa pública durante las veinticuatro horas que permaneció sin funcionar .
Ahora es la Audiencia Provincial la que ha rebajado la cantidad, dejándola en 2.957,28 euros y retirando esa estimación de lucro cesante, según ha informado la Cadena Ser.
La sentencia confirma que la empresa con la que los dueños del coche tenían asegurado el vehículo debe pagar el surtidor destrozado.
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