El Rey agradece «de corazón» una Medalla de Oro que estimula su compromiso con Castilla y León
Los Reyes de España recibieron hoy la Medalla de Oro de Castilla y León, un reconocimiento que Don Juan Carlos agradeció “de corazón” por constituir un estímulo al compromiso de la Corona con estas “queridas tierras”. Además, esta distinción alienta su afán por contribuir a ... la construcción de una España cada vez “más justa, próspera y solidaria”.
El presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, fue el encargado de hacerles entrega de este reconocimiento en la Real Colegiata de San Isidoro entre cuyos muros, testigos de la historia de un Reino, reposa buena parte de la dinastía leonesa que conllevó a un encuentro real con “muchos de mis antepasados”, que gobernaron con “sentido de Estado” y dotaron a las gentes de leyes y normas “sin reflejo ni espejo en ningún otro lugar de la Europa de entonces” apuntó el Rey tras el “emotivo momento”.
La Medalla de Oro cumple así con la deuda de reconocimiento de “un papel de primer orden” de la Corona en la construcción y asentamiento de la España de las autonomías a través de sus funciones integradoras y moderadoras ejercidas desde su legitimidad constitucional y dinástica que han conducido según Herrera a un “progreso social, democrático y económico para la nación”.
“Por lo que habéis hecho y por lo que seguís haciendo” fue el argumento final con el que el presidente autonómico justificó esta distinción en honor a la “unidad nacional” y a un balance de su servicio a España, que ya había recaído anteriormente sobre el padre del Rey, Don Juan de Borbón, en 1987, y de la que sólo han sido beneficiarios seis personajes merecedores de tal reconocimiento por su contribución a la Comunidad, el último, Miguel Delibes.
En un enclave privilegiado entre paredes que atesoran los primerizos pasos de la democracia con León como cuna del parlamentarismo, los Reyes de España se adentraron en la Colegiata de San Isidoro para atravesar el claustro en el que un monarca adolescente de 16 años proclamó las pioneras cortes para alcanzar el Panteón Real que despertó la curiosidad insaciable de la Reina sobre el arte que el lugar custodia, con unas pinturas que se han ganado el título de “Capilla Sixtina del Románico”.
Acompañados por miembros del Cabildo de San Isidoro y del Obispo de León, los Reyes alcanzaron tras su fugaz recorrido su última parada en el templo ante los restos del santo en la Basílica, donde se sintieron “maravillados” por el sistema de calefacción incorporado en sus bancos, que provocó incluso que Don Juan Carlos se agachara para apreciar de cerca su funcionamiento.
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