El único superviviente del triple crimen de Chiloeches: «Oí golpes, gritos y cuando hui vi a mi hermana muerta en la escalera»
Los investigadores hallan el móvil del presunto asesino en la cama donde estaba fallecido el matrimonio y la bayoneta en el suelo del dormitorio
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Iniciar sesión«Eran las tres de la madrugada cuando unos fuertes golpes me despertaron. Aún medio dormido, escuché los gritos de mi padre y, poco después, los de mi hermana». Así comenzó este martes su estremecedor relato Yeray, el único superviviente del crimen de Chiloeches (Guadalajara), en el que sus padres y su hermana Laura fueron asesinados ... la madrugada del 13 de abril de 2024 en su vivienda unifamiliar de la urbanización Medina Azahara.
Recordándole la fiscal que era «muy valiente» el joven relató que fue «mi instinto que me llevó a sujetar el pomo de la puerta de mi habitación; noté cómo alguien intentaba abrirla, pero no pudo y se marchó», recordó Yeray. Tras esperar unos minutos, logró huir por la puerta que comunicaba la cocina con la terraza, «que tenía el pestillo roto y esa noche no echamos la llave». Tras ello, saltó la valla de la vivienda y corrió varias calles antes de llamar al 112. «Creo que actué bien, si no, yo no estaría aquí», subrayó.
Triple crimen de Chiloeches: el padre recibió 29 puñaladas; la madre, 14 y la hija fue degollada
Elisabeth BustosLa defensa del acusado alega para la rebaja de la pena de su cliente el consumo de estupefacientes, el modo en que se produjo la muerte del progenitor y la consignación de 20.000 euros para el hermano, el único superviviente
En la vivienda había unos 75.000 euros, procedentes de la venta de unas tierras por parte de su padre, y una colección de relojes que, según Yeray, «no eran caros, pero sí de gran valor sentimental». El joven describió a su familia como «normal», aunque reconoció que su hermana había tenido «algún roce con su padre».
Yeray conocía bien a Christian, el novio de su hermana y uno de los acusados. A pesar de tener una orden de alejamiento sobre Laura, seguía visitando la casa con frecuencia. «Incluso llegó a pintar su habitación», explicó.
Christian está señalado como el principal ideólogo del robo, algo que varios testigos corroboraron. «Él había descrito cómo era la casa y cómo pensaban acceder a ella, aunque en ningún momento habló de asesinar a nadie», precisaron.
El hallazgo y el móvil del crimen
Cuando los agentes llegaron al lugar, encontraron la vivienda parcialmente calcinada. Según reconoció su propio abogado, Fernando era el autor material de los hechos. Él había provocado el fuego para «borrar rastros». En el dormitorio principal hallaron dos cuerpos: el de Ángel, el padre, tendido en el suelo junto a una bayoneta, y el de su esposa, Elvira, sobre la cama. A su lado, los investigadores encontraron el teléfono móvil de Fernando. Un tercer cuerpo, el de Laura, había sido localizado en la escalera por los bomberos y trasladado a una ambulancia.
De acuerdo con los mensajes de WhatsApp y las declaraciones judiciales, el plan inicial era cometer un robo. Buscaban joyas, relojes y dinero. Christian conocía perfectamente lo que había en la casa y planeó aprovechar una supuesta ausencia del matrimonio. Mientras él salía a cenar con Laura, Fernando entraría a robar. Si se encontraba con Yeray, pensaban reducirlo con espray de pimienta y atarlo.
Sin embargo, los padres no salieron de casa. La madre de Yeray, que trabajaba de noche, estaba de baja por una lesión de menisco, y su padre tenía unos días libres. La «necesidad» de Fernando por conseguir dinero, debido a sus deudas, precipitó los acontecimientos y el robo terminó convirtiéndose en un triple asesinato.
El testimonio de un amigo
A.M.M., amigo de los tres acusados, Fernando, Christian y David, declaró que tanto Christian como Fernando le propusieron participar en el robo, para llevar al autor del crimen hasta la urbanización. «Esperaban a que Laura avisara a Christian de que sus padres no estuvieran en casa. En teoría no iba a haber nadie», relató.
El día de los hechos, Fernando lo llamó y le dijo: «¿Estás disponible para una historia?». Le ofreció dinero, pero él rechazó participar. «Me dijo que entraría estuviera o no alguien dentro, porque necesitaba el dinero por sus deudas», recordó el testigo, quien finalmente acudió a la Guardia Civil para «hacer lo correcto».
Los investigadores comenzaron a atar cabos cuando las cámaras de seguridad captaron un Peugeot negro merodeando por la urbanización sobre las cuatro de la madrugada del día de los hechos. Dentro iban la madre y la novia de Fernando, junto a David, que buscaban a Fernando. Sin éxito, las cámaras le captaron después caminando solo, de noche, hacia la casa de su abuela.
De allí se marchó con su novia a un hostal en Daganzo de Arriba (Madrid). Fue arrestado esa misma tarde, alrededor de las cuatro, tras intentar agredir a los agentes con unos destornilladores que llevaba en el bolsillo en el momento de la detención.
En la habitación del hostal, los agentes encontraron en una papelera una bolsa negra y, debajo, una bolsa roja que contenía dinero, relojes, pulseras, brazaletes, donde hubo que les llamó especialmente la atención al estar grabada con el nombre de Elvira: una de las víctimas del triple crimen.
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