Triple crimen de Chiloeches: el padre recibió 29 puñaladas; la madre, 14 y la hija fue degollada

El autor material del crimen, Fernando P. S., actuó durante un robo que él mismo había planificado desde el mes de febrero, con la colaboración de Christian B. M., novio de Laura, con quien mantenía «una relación intermitente». De acuerdo con el Ministerio Fiscal, Christian proporcionó a Fernando información detallada sobre las rutinas de la familia, la distribución de la vivienda y la ubicación de los objetos de valor, con el objetivo de hacerse con una valiosa colección de relojes y dinero en efectivo.

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ABC

El juicio por el triple asesinato de un matrimonio y su hija en un chalé en abril de 2024 se celebrará con jurado popular en la Audiencia Provincial de Guadalajara. Las sesiones comienzan este lunes

El robo se produjo en torno a la una y media de la madrugada. Ese día, según la fiscal, Fernando envió un mensaje de WhatsApp a Christian que decía: «Estate sereno, que hoy es el día». Poco después, fue llevado en coche por su amigo David M. A., considerado «cooperador necesario». Fernando saltó la valla perimetral y accedió a la vivienda por la puerta de la terraza de la cocina, armado con una bayoneta de 39 centímetros y una navaja. Desde allí se dirigió al dormitorio principal, donde dormía el matrimonio y se guardaban los objetos de valor.

Durante la búsqueda del botín, Fernando hizo ruido y despertó a Ángel, quien,. según la fiscal, «completamente desnudo y en una situación de indefensión» se levantó de la cama y fue atacado «de manera sorpresiva». El acusado le causó heridas mortales que afectaron al corazón, al intestino y al diafragma. Luego se dirigió hacia Elvira, que permanecía en la cama, asestándole 14 puñaladas, una de ellas perforándole los pulmones.

La hija del matrimonio, Laura, intentó huir por las escaleras, pero fue alcanzada por Fernando, que le asestó siete cuchilladas, una de ellas en la zona cervical, seccionándole vasos y nervios vitales. «Es el peor delito que se puede cometer», subrayó la fiscal.

Tras cometer los tres asesinatos, Fernando intentó entrar en la habitación de Yeray, el mellizo de Laura, pero al encontrarse la puerta cerrada decidió marcharse. Luego robó relojes, joyas y dinero, y prendió fuego a la vivienda «para no dejar rastro». En el interior de la casa quedó abandonada la bayoneta utilizada en el crimen.

Según la fiscal, Fernando actuó con plena conciencia de sus actos: «sabe perfectamente lo que hace y quiere hacerlo», afirmó, en contraposición al argumento de la defensa, que sostuvo que su cliente era drogodependiente.

Después del crimen, Fernando se dirigió a la casa de su abuela, donde se cambió de ropa «porque estaba manchada de sangre». Posteriormente viajó con su novia a Daganzo (Madrid), a unos 30 kilómetros de Chiloeches, donde ella había reservado una habitación en un hostal. Allí fue detenido a la mañana siguiente por agentes de la Guardia Civil, que encontraron en la habitación parte del botín y la navaja escondida bajo la almohada.

Durante su intervención, la defensa de Fernando reconoció que su cliente «es el autor de las tres muertes», pero pidió al jurado que tuviera en cuenta el contexto de los hechos. Aseguró que el acusado entró en la vivienda con intención de robar y que fue el padre de familia quien, «como es lógico», inició el enfrentamiento. Según esta versión, en las muertes de Elvira y Laura sí hubo alevosía, pero no en la de Ángel.

La defensa también solicitó que se considerara la influencia del consumo de drogas «en las horas previas a los hechos», lo que habría «mermado sus capacidades volitivas». «Mi cliente es culpable, pero no de todo lo que se le imputa. Aquí hay dos culpables: él y las drogas», señaló el abogado defensor, añadiendo que Fernando había contraído numerosas deudas con narcotraficantes.

Asimismo, la defensa mostró el «arrepentimiento» del acusado, destacando que ya ha consignado 20.000 euros como reparación del daño. «No es lo mismo que aporte esta cantidad un banquero que un drogodependiente», afirmó el abogado, pidiendo al jurado que valore el esfuerzo del acusado, quien trabaja actualmente en prisión.

Respecto a los otros dos acusados, la defensa de Christian, quien iba acompañado por un facilitador que la fiscal tachó de «puesta en escena», alegó una discapacidad del 61% como atenuante, mientras que la abogada de David subrayó que, al conocer los hechos, su cliente acudió voluntariamente a la Guardia Civil para contar «toda la verdad», lo que permitió esclarecer el caso. «Fue la llave que condujo a la detención de Fernando», concluyó.

La Fiscalía solicita para Fernando prisión permanente revisable por la muerte de Laura y 20 años de cárcel por cada una de las otras dos muertes, además de cinco años por robo con violencia en casa habitada y tres años por daños por incendio. Además de que indemnice con 400.000 euros al único hijo que quedó vivo y un pago de 165.000 euros a la aseguradora por los daños en el incendio de la vivienda. Para los otros dos acusados, Christian y David, pide cinco años de prisión como «cooperadores necesarios» del robo.

El juicio continúa este martes con las pruebas testificales, y el próximo viernes 14 está previsto que declaren los tres acusados.