«Hay que ser honesto y no caer en la tentación de las modas», defiende Canogar en su regreso a Toledo
El pintor, referente del arte español, anima a los jóvenes creadores a desarrollar su propio lenguaje y a mirar a los orígenes para encontrar nuevos caminos
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J. Guayerbas
Toledo
El pintor toledano Rafael Canogar, uno de los grandes referentes del arte español contemporáneo y miembro fundador del grupo El Paso, regresó este jueves a su ciudad natal con motivo del encuentro 'Toledo dialoga con Canogar', organizado por la Facultad de Humanidades de la ... Universidad de Castilla-La Mancha. El artista, a sus 90 años, compartió reflexiones sobre su dilatada carrera, el presente del arte y la responsabilidad de las nuevas generaciones.
«Estoy aquí por esta invitación que me ha hecho muy feliz. Volver a mi pueblo, como se dice, me encanta», expresó al inicio del acto. Con un tono cercano, Canogar reconoció que sus compromisos no le permiten viajar con frecuencia, por lo que citas como esta le «obligan a venir» y lo hace con «tal placer que como en ningún otro sitio».
El artista reconoció que explicar más de siete décadas de trayectoria pictórica «no va a ser tan fácil», aunque confió en que el diálogo permitiría «acercarnos un poco a ello». Sobre Toledo, destacó una vez más su profunda admiración: «Creo que Toledo es una ciudad maravillosa».
A los jóvenes: honestidad y amor por la pintura
En un encuentro dirigido especialmente a estudiantes de Humanidades, Canogar fue preguntado por aquello que considera fundamental transmitir a las nuevas generaciones de creadores. Su respuesta fue clara y contundente. «A mí me parece, sobre todo, no caer en la tentación de las modas, de hacer lo que se lleva o querer llamar la atención. Hay que ser lo más honesto posible», afirmó.
Para él, el camino del artista se construye desde la autenticidad y el compromiso con el propio lenguaje pictórico. «A través del desarrollo de ese lenguaje seguro que vas a crear tu propio espacio en el arte», dijo.
Canogar defendió que hoy conviven muchos caminos creativos, pero insistió en la necesidad de «mirar un poco atrás y recuperar ciertas formas que quedaron tempranamente rotas o cercenadas». En su opinión, es fundamental «recuperar el amor por la pintura, el acto de crear y quizá menos el espectáculo».
La pintura como un collar
El artista compartió también una metáfora que suele utilizar para explicar su evolución creativa, la del collar. «Mi pintura dura muchos años y es como una especie de collar; cada periodo es como una cuenta. Ese hilo conductor que une a las cuentas llega un poco al final».
En este proceso, confiesa estar hoy revisitando sus primeras etapas, muy radicales pero esenciales, con el objetivo de recuperar «esa esencialidad de aquellos años 50».
Preguntado por sus proyectos actuales, Canogar dejó claro que sigue en activo y fiel a su disciplina cotidiana. «Yo pinto todos los días. Tengo ya un poco mi propio territorio, y es el desarrollo de ese territorio lo que sigo explorando».
Asimismo, aseguró que su obra continúa evolucionando, para añadir que lo que odia «es el academicismo», una declaración que subraya su vocación de permanente búsqueda e innovación artística.
El acto ha contado con la vicerrectora de Proyección Universitaria, Rebeca Rubio; con el decano de la Facultad de Humanidades, Óscar López; con el teórico y crítico de arte, Alfonso de la Torre; así como con la catedrática de Historia del Arte, Palma Martínez-Burgos
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