Cáritas Dioceana se suma a la lucha contra la violencia machista

Pero además, también se unen a esa batalla otras organizaciones, como es el caso de Cáritas Diocesana de Toledo, que el pasado mes de septiembre presentó en el inicio del Curso Pastoral el Proyecto «Rompe tu silencio» para la defensa de las víctimas de la violencia machista, y que centra su intervención en mujeres que sufren la violencia, así como en sus hijos.

Este movimiento une varias delegaciones de la diócesis, como son Cáritas Diocesana, la Delegación de Familia y Vida, la Fundación Centro de Orientación Familiar, el Secretariado Diocesano de Pastoral de Migraciones y la Delegación de Apostolado Seglar. El proyecto surge además fruto de la nueva realidad social que la diócesis y sus delegaciones observan en el día a día de su acción.

Tal y como ha señalado a ABC Cristina Díaz-Rincón, la responsable de esta iniciativa, en verano empezó a definirse y a dar sus primero pasos con varias reuniones. «Todo ha surgido ante las cifras alarmantes de mujeres muertas por este tipo de violencia, y porque además ya veníamos detectando que el perfil de la pobreza en cuanto a las familias o personas que la sufren ha cambiado , de forma que son cada vez más las mujeres, y sus hijos, las víctimas de situaciones difíciles, y a ellas dedicamos una atención específica».

Como una de las puertas de entrada para solucionar esta problemática, se ha puesto a disposición de las mujeres un teléfono durante las 24 horas: 659016016 . Sin embargo, como señala Cristina Díaz-Rincón, «no hay un perfil o protocolo concreto, porque cada persona es única. Así, por ejemplo, también acompañamos a mujeres que viven con el agresor, damos servicio de atención ambulatoria, formación, capacitación, empleo, atención psicológica y también formación de agentes, algo esto último que llevaremos a cabo en el mes de noviembre».

La responsable del programa asegura también que la Iglesia en Toledo llega a muchas mujeres, pero se busca no solo que la mujer objeto de violencia rompa su silencio y denuncie su situación, sino que también lo hagan las personas testigo de esos casos y de humillaciones a la mujer.

Respecto a la forma de prestar el auxilio, señala que es preferible no tener un lugar físico concreto para atender los casos, aunque se dispone de una vivienda para los casos urgentes. Además, otro de los objetivos es trabajar el ocio y el tiempo libre, una orientación en la que Cáritas empezará a trabajar esta misma semana.

A la hora de preguntarse sobre las causas que conducen a esta dura realidad de la violencia machista, Díaz-Rincón apunta a que «la clave es la educación. Hay que empezar a inculcar valores desde los jóvenes, entre los que también se ha elevado la violencia. Creo que, por ejemplo, la música que se escucha o los programas de televisión que se ven nada tienen que ver con la defensa de la mujer. Hay que hacer algo y no conformarnos con la rabia que nos da cada vez que ocurre un caso». De ahí la fase dirigida a la promoción de talleres de prevención con adolescentes para el establecimiento de relaciones basadas en la igualdad y el respeto.

Desde Cáritas la acción política en esta materia se ve «fenomenal, mientras todo sirva para que la mujer esté más protegida», manifiesta Cristina Díaz-Rincón, que cree en la necesidad de coordinar todas las iniciativas que vayan en la misma dirección. En este sentido, informó de que el Proyecto «Rompe tu silencio» ha sido presentado a la convocatoria de ayudas públicas, y ya ha mantenido una reunión con el Instituto de la Mujer , tanto la delegación de Toledo como la de Talavera, y se está pendiente de una segunda. También se ha planteado la coordinación con los centros de la mujer y otros colectivos como el Colegio de Abogados para la asistencia legal.

Este proyecto plantea su atención a las víctimas en tres tipos de violencia : la física, para los actos que provocan daños en el cuerpo; la psíquica, cuando se trata de la destrucción de la autoestima, favorecer el aislamiento de la mujer del entorno social y familiar y en definitiva alcanzar un control sobre ella, y por último la sexual, cuando la mujer es obligada a mantener una relación que no desea.