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ARTES&LETRAS: HACERSE EL VIVO

Arrieros somos

«Paralizado por el miedo, cerró los ojos, resignado a lo que aquel loco peligroso quisiera hacerle»

Páramos de la Sagra toledana

POR MARTÍN SOTELO

Como todas las tardes después de llegar de trabajar, mudó la ropa de faena por otra más cómoda y, tras despedirse de su anciana madre, se echó de nuevo a la calle en dirección al campo . Por las calles del pueblo iba con ... paso alegre, relajado, las manos hundidas en los bolsillos de la sudadera, silbando, sin envidiar la salud de los corredores con que se cruzaba (él roza ya los cincuenta), ni los carritos de bebé empujados por padres mirando el móvil (es soltero y sin hijos), ni la compañía de los perros que tiran de la correa como bestias (a él el suyo se le murió hace unos años, y lo pasó tan mal al tener que sacrificarlo que se juró que nunca más volvería a tener otro).

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