«El tocomocho» y «la estampita» no caducan

Esclarecidos 23 delitos de estafas por estos métodos en varias provincias

ABC

17/02/2016
Actualizado a las 11:48h.

Aunque las nuevas tecnologías han cambiado los métodos para estafar y se han hecho algunos más sofisticados, lo cierto es que siguen funcionando los viejos timos, como se pone de manifiesto en la última operación de la Guardia Civil , denominada «Estampida», que ha permitido ... detener a dos personas, e investigado a otra más como integrantes de un grupo delictivo especializado en cometer estafas, utilizando los timos de la estampita y el tocomocho , actuando en varias provincias del territorio nacional, esclareciéndose 23 delitos de estafas.

Tras las primeras indagaciones, junto con las manifestaciones de víctimas de estos hechos delictivos, se pudo determinar que se trataba de un grupo organizado con una estructura jerarquizada , los cuales actuaban a nivel nacional. Los investigadores realizaron una búsqueda de los posibles autores de estas estafas , siendo identificados los miembros del grupo, mediante reconocimiento fotográfico.

El modus operandi de este grupo, el cual se trataba de un clan familiar, consistía en el estudio, por parte de uno de sus componentes, de las localidades más idóneas para cometer las estafas así como de sus posibles víctimas , preferiblemente personas de edad avanzada, consiguiendo estafar grandes cantidades de dinero al hacer creer que tenían un cupón de la ONCE premiado .

Asímismo estos hechos siempre se cometían en horarios matutinos, para asegurarse que las víctimas pudieran retirar dinero de las sucursales bancarias.

El pasado día 11 de febrero, se montó un operativo, el cual dio como resultado la detención de los dos integrantes del grupo, A.S.R., 45 de años de edad, A.S.G., 22 de años de edad, ambos vecinos de la localidad de Casarrubios del Monte (Toledo) , así como la investigación de L.P.R., de 50 años de edad y vecina de Navalcarnero (Madrid).

Con la detención de estas personas se han esclarecido 23 delitos de estafas de los cuales cinco han sido en la provincia de Ciudad Real, cuatro en la de Toledo , tres en cada una de las provincias de Alicante y Salamanca, dos en la Provincia de Madrid y uno en cada una de las provincias de Valencia, Córdoba, Sevilla, Albacete y León.

En la provincia de Ciudad Real, se han cometido una estafa en cada una de las localidades de Torralba de Calatrava y Bolaños de Calatrava y tres en Tomelloso . En la provincia de Toledo se han cometido una en cada una de las localidades de Talavera de la Reina, Torrijos, La Guardia y Escalona . En la provincia de Alicante, se han cometido dos en la localidad de San Vicente del Raspei y una en Cocentaina; en Salamanca otras tres, una en Guijuelo y dos en Santa Marta de Tormes.

En la provincia de Madrid dos, una en Collado Villalba y otra en Villaviciosa de Odón y por último una en las localidades de Catarroja (Valencia); Palma del Rio (Córdoba); Santiponce (Sevila); El Bonillo (Albacete) ; Villaquilambre (León).

El timo de la estampita

La víctima es abordada por un estafador, supuestamente mermando de facultades mentales. El estafador lleva consigo un sobre lleno de billetes, a los que no da ninguna importancia, tratándolos como estampitas, entrando en escena un segundo timador (el gancho), que convence a la víctima para que juntos engañen al disminuido ofreciéndole una pequeña cantidad de dinero por sus estampitas.

Una vez entregado el dinero, la víctima recibe el sobre, pero cuando lo abre, en lugar de encontrarse los billetes encuentra recortes de papel, ya que han dado el cambiazo de forma imperceptible para la víctima (requiere de una cierta habilidad). Para ese momento, los estafadores ya están demasiado lejos, y la víctima ha perdido su dinero.

El timo del tocomocho

La víctima es abordada por un estafador manifestando tener un billete de lotería premiado y que por alguna causa no puede cobrar, ofreciéndole a la víctima venderle el boleto por menos dinero del que corresponde al premio.

Para dar mayor credibilidad al timo irrumpirá un segundo estafador (gancho), que suele afirmar la autenticidad del premio exhibiendo un listado de boletos premiados en un periódico. Cuando la víctima compra el boleto premiado y va a cobrarlo a la ventanilla de la administración de lotería comprueba que el mismo es falso.