El Albacete no puede con los hermanos Emaná

Jona, muy criticado toda la temporada, dispuso de una ocasión inmejorable a los seis minutos cuando un robo de Adriá Carmona acabó en los pies de Portu, quien dejó al delantero hispano-hondureño frente a Reina pero su tiro, por bajo y centrado, lo despejó con los pies el meta visitante.

El primer cuarto de hora fue de absoluto dominio local, con un Adriá Carmona muy activo por el flanco izquierdo que incluso se animó con un disparo lejano que atajó el meta tarraconense.

La intensidad de los hombres de Luis César Sampedro y los continuos robos de balón provocaban acciones en el terreno visitante, lo que agradecía un público que hoy sí se volcaba con sus jugadores.

Paredes, pasada la media hora de juego estuvo a punto de agradecer este fogoso apoyo con un cabezazo tras saque de Adriá Carmona que se marchó pegando al palo derecho de Reina.

La superioridad del cuadro albaceteño fue tal que , pese a marcharse al descanso con cero a cero en el marcador, despidió a los suyos con una emotiva ovación.

Tras la vuelta de vestuarios, continuó dominando el Albacete ante un Nástic que parecía esperar su oportunidad al contragolpe.

Con el paso de los minutos mejoró el conjunto de Vicente Moreno y dispuso de una oportunidad, a los 58 minutos , con un centro envenenado de Mossa que, tras desviar Antoñito, se marchó cerca de la escuadra diestra defendida por el meta albaceteño Juan Carlos.

Naranjo gozó de la mejor ocasión para los tarraconenses tras un gran pase de Muñiz después del cual quiso darle rosca pero su zurdazo no se alojó en la escuadra de Juan Carlos por centímetros. Fue la antesala del penalti que Iago Bouzón cometió sobre Adriá Carmona a los 63 minutos y que Jona convirtió en el primer gol de la tarde para reconciliarse con la grada.

Parecía encarrilar el encuentro el equipo de Luis César Sampedro pero el Nástic no se rendía y en un contragolpe de tiralíneas Emaná abría al interior del área para que Palanca colocara milimétricamente un balón al primer palo donde Stephane, el menor de los Emaná , empujara al fondo de las mallas locales (min.75).