El Gobierno rectifica y manda de urgencia a Robles con el Rey a su gira por los países bálticos

En un principio, ante la anomalía de que ningún miembro del Ejecutivo acompañase al Rey -como ya informó ABC el sábado- estaba previsto que lo hiciera el jefe del Estado Mayor de la Defensa (Jemad), Teodoro Esteban López Calderón, quien tiene rango de secretario de Estado. Pero el sábado por la noche sufrió «una indisposición leve», según confirmó este diario, pero que era «suficiente para no aconsejar un viaje tan intenso». En su lugar, acompaña al Rey el Jefe de Mando de Operaciones, el teniente general Francisco Braco Carbó. En cuanto el avión de las Fuerzas Armadas que llevó al Rey aterrizó en Tallin, se conoció la rectificación por parte de La Moncloa y la incorporación de la ministra Robles al viaje.

En su primera gira por los países bálticos, el Rey fue recibido con honores en el Palacio de Kadriorg por el presidente de Estonia, Alar Karis. Al atardecer, en los mismos jardines de esta residencia, tuvo lugar una velada en la que los estonios celebran Jaaniööks, su particular noche de San Juan. Allí, durante el brindis, Felipe VI celebró la primera parada de su gira por los países bálticos como «el triunfo de la luz sobre la oscuridad» después del largo invierno. Un simbolismo que alcanzaba todo su significado por «los tiempos difíciles que vivimos, en los que se libra una guerra terrible en el corazón de Europa y muchos de nuestros ciudadanos temen por su futuro».

En un viaje de tres días en el que el Rey pretende trasladar el apoyo de España a Estonia, Lituania y Letonia, los países que protegen el flanco este de la OTAN, Don Felipe trasladó al presidente de Estonia, Alar Karis, el soporte «firme y fiable» de «un país amigo» como España, que entiende «perfectamente la grave preocupación que la invasión de Ucrania despierta en muchas partes de Europa» y en particular en la región del Báltico y en Estonia, un país del que reconoció su «liderazgo al enfrentar la agresión y exigir justicia» a Rusia. «Estamos obligados por nuestra voluntad y convicción conjunta -junto con nuestros aliados- a responsabilizar a Rusia por todos los crímenes cometidos en Ucrania», afirmó.

«Puede que España esté en el otro extremo de Europa, pero créanme, también nos sentimos muy cerca de ustedes», destacó el Rey, al tiempo que transmitió el mensaje principal de su visita: que «se puede contar con España como amigo, socio de la UE y aliado de la OTAN». En este sentido, el Rey confirmó que dentro de unas semanas España volverá a desplegar una batería Nasams en Estonia «para reforzar la defensa aérea». Recordó, además, que España ha ampliado su compromiso con la defensa común de los países de la UE «con tropas sobre el terreno y capacidades específicas en otras partes de Europa, como Eslovaquia y Rumanía», mientras que los barcos de la Armada continúan patrullando «regularmente» el Mediterráneo y el Mar Negro. «En total, España tiene más de 4.000 mujeres y hombres españoles uniformados desplegados o dedicados activamente a mejorar la seguridad y la disuasión en el flanco oriental de la Alianza», apuntó.

En Estonia existe un amplio consenso en política exterior y en defensa de la UE y la OTAN, como garantes de bienestar y seguridad. La política interna del país está muy condicionada por el entorno internacional, especialmente por la situación en Ucrania, que entienden como una cuestión fundamental porque comparte casi 300 kilómetros de frontera con Rusia y también por su condición de antigua república soviética. Por eso en Estonia hay un amplio consenso de firmeza en el apoyo a Ucrania y las sanciones contra Rusia. De ahí que Felipe VI reiterase que «nuestro compromiso con nuestros aliados es fuerte y decidido» y recordase la visita del presidente Volodímir Zelensky de hace unas semanas a Madrid, donde le expresó que España apoyará a Ucrania «durante el tiempo que sea necesario, para ayudarla a recuperar su soberanía e integridad territorial».

Don Felipe puso en valor el esfuerzo que realiza España para garantizar ese apoyo «firme y fiable». Y para ello hizo un repaso a la visita que por la tarde había realizado al puerto de Tallin, donde «nuestra Armada se encuentra desplegada en el mar Báltico para participar en el ejercicio Baltops de la OTAN». Allí, un total de 1.500 soldados españoles llevan embarcados desde hace cuatro meses en el buque Juan Carlos I y la fragata Blas de Lezo. La visita del Rey, según contaron algunos de ellos, supuso «un orgullo y un refuerzo» al trabajo que realizan, lleno de sacrificios y largos días lejos de casa.