Los 'ladrones energéticos' atacan Fuerteventura en plena crisis de precios

Antes, había cometido tres hurtos en un establecimiento, donde robó tres taladros por valor de de 519 euros. El propietario de la tienda aportó las imágenes de las cámaras de seguridad las cuales fueron fundamentales para el esclarecimiento del delito.

La Guardia Civil comenzó a investigar los hechos tras recibir dos denuncias en el Puesto Principal de Morro Jable a finales del mes de agosto de 2022, que comunicaban que cuando estacionaba por la noche su vehículo tipo camión frigorífico en una zona de aparcamientos, le sustraían del interior del depósito de combustible el gasoil. Les habían llegado a robar un total de 350 litros aproximadamente, con un valor de unos 480 euros, de un vehículo utilizado para realizar servicios de transporte de mercancías desde la isla de Gran Canaria a Fuerteventura y Lanzarote.

Los hechos siempre ocurrían a altas horas de la madrugada entre la franja horaria desde las 22:30 horas y las 04:00 horas, dando un duro golpe económico a la empresa, porque además del robo impedían al profesional del transporte poder iniciar sus trabajos con normalidad.

El Área de Investigación del Puesto Principal de Morro Jable comenzó las pesquisas policiales para el esclarecimiento de los hechos, todo ellos en la misma zona de aparcamientos de vehículos pesados tales como camiones, autobuses y con el mismo modus operandi. Los agentes localizaron al ladrón in fraganti en el mismo momento que se encontraba sustrayendo el carburante en proceso de llenado. Además, también le descubrieron una garrafa de gasoil llena, y en el interior del vehículo del implicado 8 garrafas de plástico y utensilios para succionar el gasoil.

El modus operandi consistía en aparcar su vehículo en las inmediaciones del camión, para después dirigirse al vehículo pesado con varias garrafas. Forzaba la tapa del depósito de combustible, extraía el gasoil mediante la técnica de succión haciendo uso de mangueras y depositaba el carburante en garrafas de plástico de 20 litros para posteriormente transportarlas.

El supuesto autor de los hechos siempre elegía vehículos con grandes depósitos de combustibles para garantizarse importantes cantidades del carburante y era buen conocedor de la zona, aprovechando la ubicación para cometer el delito.