Declive socialista

Este distanciamiento lo corrobora el hecho de que, un año después de las elecciones generales, no hayan sido capaces de arañar parte de esos siete puntos en intención de voto que ha perdido el PP. Es muy posible que el pacto con CC, su enemigo político de siempre , con los independentistas de Galicia, con el tripartito en Cataluña, con la izquierda radical en Andalucía y con el PP en el País Vasco sean las auténticas razones por las que han perdido sus señas de identidad. Como también lo son los apoyos prestados a las algaradas callejeras y huelgas generales, la inevitable sombra de la gestión del anterior Gobierno y la pérdida de las elecciones en Galicia, País Vasco y Cataluña. Un cúmulo de errores que persiguen a un Rubalcaba que cada día tiene más dificultades para mantenerse al frente de la Secretaría General.

En Canarias, junto a esa desafección general, observamos cómo en la mayoría de las agrupaciones los problemas aumentan. Es posible que su corresponsabilidad en todas las políticas que se vienen aplicando en Canarias, acertadas o no, a través del pacto CC-PSC, les perjudique. Pero ahí tocamos hueso. Son muchos sus «conmilitones» que ocupan puestos dependientes de los presupuestos públicos. Y ante eso, la defensa de los principios socialdemócratas puede esperar .

Una socialdemocracia que dirige (¿) el corifeo mayor de Rivero , José Miguel Pérez , responsable de la jaula de grillos en la que se ha convertido su formación política. Y en Tenerife, tampoco están para tirar voladores. De los bisbiseos de algunos socialistas tinerfeños se desprende que, a pesar del intento por simular que todo está bajo control y se hable de unidad desde su ejecutiva, lo cierto es que quienes han ganado los últimos congresos, salvo Abreu en La Laguna, no lo han hecho con mayorías importantes como para cerrar heridas.

En definitiva, me parece que el socialismo necesita un proceso de renovación generacional . Nos guste más o menos, lo cierto es que necesitamos de un esfuerzo solidario y común para encarar el futuro. Y quien puede aportarlo es el PSOE si, como antaño, se convierte en una alternativa de izquierdas sólida, creíble y que aporte ideas y no únicamente críticas destructivas.