Suscribete a
ABC Premium

confieso que he pensado

Cubillo: un rehén de la guerra fría

La democracia se impuso y se instauró el estado de derecho. Antonio Cubillo, sin embargo, pareció no darse por aludido

SANTIAGO DÍAZ BRAVO

«África empieza en Gibraltar». Incluso un periodista novato, como era el caso, veintitantos años atrás, de quien suscribe este artículo, era capaz de darse cuenta de que aquellas cuatro palabras pronunciadas por Antonio Cubillo, el líder histórico del movimiento independentista canario, podían ... tornar en un suculento titular. Emocionado, sabedor de la relevancia del personaje, el bisoño reportero se personó ante el redactor jefe como quien acabase de descubrir un valioso tesoro. Lástima, carajo, y tan grande fue la decepción que acabé tirándome de los cabellos que aún sobresalían de mi cráneo, que aquella sentencia hubiese aparecido publicada anteriormente en una decena de ocasiones, al igual que ha seguido ocurriendo en las décadas posteriores. Y es que únicamente su perseverancia en la defensa de unos argumentos legítimos, pero a la vez anacrónicos y caducos; su completa falta de adaptación a un mundo cambiante, incluso en la defensa de un credo soberanista, devaluaron la relevancia de Cubillo como una de las figuras determinantes de la dictadura, en su caso el más incómodo de los opositores al régimen franquista.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia