Aznar clama contra la legitimación del proyecto político de ETA: «Sus objetivos históricos no pueden orientar la reforma de una ley»

En este trigésimo aniversario de su asesinato, el director Iñaki Arteta, junto con la fundación CEU y la Comunidad de Madrid, ha dirigido un documental para honrar al edil, pero sobre todo a la persona, combinando « lo político como lo humano», señaló Arteta. A la presentación de este largometraje, que ha tenido lugar este martes en la Real Casa de Correos, asistieron el expresidente del Gobierno José María Aznar junto a su exministro del Interior Jaime Mayor Oreja, diputados de la Asamblea de Madrid, la expresidenta de la Comunidad Esperanza Aguirre, la viuda de Gregorio Ordóñez, Ana Iribar, representantes de asociaciones de víctimas del terrorismo como Daniel Portero y la senadora y hermana de Miguel Ángel Blanco, Marimar Blanco, entre otros.

El acto ha comenzado con un minuto de silencio que tan solo interrumpieron las gotas de lluvia que chocaban contra el techo acristalado de la Real Casa de Correos, un martes encapotado en Madrid que podía recordar a un día en San Sebastián. Un ambiente solemne para recordar un edil al que pocos asistentes al acto llegaron a conocer, ya que la mayoría de las personas que han ocupado las sillas eran 70 jóvenes estudiantes de bachillerato de diversos colegios a los que los ponentes se refirieron en contadas ocasiones. «Este documental es para vosotros, es importante que sepáis nuestra historia, escapad de las redes, buscad la verdad factual, hoy más que nunca es necesario, conocer los hechos», pidió Iribar.

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En conversación con la viuda de Ordóñez, el director del largometraje ha asegurado que el documental consta de varios episodios que tratan de esbozar la corta pero intensa vida de un hombre ordinario que «no era consciente de todo lo que podía ser posible» ha señalado Arteta, un valiente optimista que encabezó las listas del Partido Popular en un momento «en el que nadie quiso hacerlo», ha puntualizado Iribar. «Goyo entró en política con 21 años, y lo hizo por rebeldía, porque había mucho silencio entre vecinos en un momento en que la marca de ETA estaba hasta en la marquesina de la parada del autobús».

Una de las grandes novedades de este nuevo trabajo de Arteta es que es la primera vez que un director ha contado con el testimonio de Javier Ordóñez Iribar, hijo del concejal que a penas tenía un año y pocos meses cuando su padre fue vilmente asesinado. «Javier es la mirada amable que me hizo recordar que había que seguir viviendo, que me hizo reconciliarme con mi ciudad, San Sebastián».

Durante el visionado del primer capítulo de esta serie el silencio ha reinado entre los jóvenes que conocían por primera vez a un hombre que hace no mucho fue asesinado por sus ideas. En esos primeros minutos del nuevo trabajo de Arteta el espectador puede esperar una serie de testimonios que realizan una semblanza del personaje así como imágenes y anécdotas como Mayor Oreja junto a Ordóñez colocando carteles del PP por San Sebastián en plena campaña electoral a altas horas de la madrugada, práctica habitual entre partidos no nacionalistas en aquella época que trataban de evitar altercados con la izquierda abertzale, incluso así «Goyo reflejaba la felicidad de vivir en San Sebastián, pese a todo», asegura Aznar en el largometraje.

El expresidente fue precisamente el encargado de clausurar la presentación. «Cuando llegamos al Gobierno sabíamos que ETA había puesto al Partido Popular en su diana, mi atentado fue un intento de acabar con la política antiterrorista con la que nos habíamos comprometido», reflexionó Aznar. El de Ordóñez fue el primer nombre en una larga lista de concejales del PP que acabaron con un tiro en la nuca, «una lista demasiado larga, pero una lista de honor», aseguró el expresidente refiriéndose a la estrategia de la banda de por aquel entonces «la socialización del sufrimiento», que puso en mirilla no sólo a agentes de Policía o Guardia Civil, también a jueces, políticos, periodistas, civiles.

Pero el espíritu de Ordóñez no se quedó silenciado en La Cepa aquel día, «su coraje inspiró la gesta final contra el terrorismo, él proclamó que la democracia en España no estaba abocada al empate eterno con ETA». Aznar no ha perdido tampoco la oportunidad de clamar por la deslegitimación del proyecto político que perseguía la banda, una tarea que considera sigue pendiente. «Bildu ha pactado los puntos de una ley de memoria con el Gobierno, el significado político de las víctimas hace intolerable que los objetivos históricos de ETA orienten una reforma política».

«Se quiso destruir la democracia, por eso no ha lugar a ninguna imputación calumniosa, ninguna memoria puede olvidar la sangre derramada». «Nosotros no amnistiábamos, ni imputamos por la puerta de atrás, nosotros perseguíamos a los delincuentes», concluyó el expresidente