Azcón responde a Urkullu en ABC: «Una nación de iguales»

Porque Urkullu, en realidad, no plantea en su artículo un modelo ni un pacto. Lo que hace es plasmar negro sobre blanco las exigencias a Sánchez para votar su investidura, de la misma manera que el independentismo catalán ya ha puesto sobre la mesa una ignominiosa amnistía que los socialistas están dispuestos a conceder aunque haya que retorcer nuestro ordenamiento jurídico hasta lo inaceptable.

Por desgracia, tampoco estamos ante nada nuevo, es la misma visión del nacionalismo excluyente de siempre y su contumacia a la hora de cargar contra la Constitución que perciben como su gran enemigo. Sólo cambia el criterio de oportunidad. Ahora redoblan los ataques porque se sienten más fuertes ante un PSOE que Sánchez ha sometido a su servicio personal y que renuncia a los acuerdos de Estado ofrecidos por el Partido Popular sin gastar ni cinco minutos en reflexionar sobre su necesidad para evitar esta peligrosa deriva.

Y lo que Urkullu propone a Sánchez es básicamente construir de manera bilateral una España a dos velocidades, determinar privilegios en razón de si se pertenece o no a una comunidad autónoma. Y eso es un auténtico insulto a los aragoneses ante el que no pienso permanecer callado.

Hablamos de un debate, el de la igualdad entre los españoles, que va a resultar crucial ante la insólita transformación del Partido Socialista en su etapa más reciente. Los próximos años van a ser decisivos para defender la igualdad entre los españoles porque siempre ha habido quienes han querido dinamitarla desde el nacionalismo, pero ahora la novedad es que cuentan de su lado con un Partido Socialista dispuesto a colaborar en esa dirección. Estoy seguro de que hay un buen número de votantes de la izquierda que se plantean lo mismo que yo: ¿en qué momento dejó de ser la igualdad uno de los valores de referencia del PSOE?

Desde Aragón vamos a estar en el lado de quienes queremos una España de ciudadanos iguales. No vamos a permitir este disparate de que una minoría plantee destruir los consensos constitucionales para fabricar una España a dos velocidades enarbolando una falsa idea de plurinacionalidad.

En mi reciente toma de posesión recordé, al respecto de la cuestión identitaria y el sentimiento nacional, a Joaquín Costa y su afirmación de que los aragoneses, por serlo, somos doblemente españoles. Somos conscientes de nuestra historia y de nuestra participación decisiva en la construcción de España, pero sobre todo somos conscientes del valor de nuestra Constitución y del Estatuto de Autonomía que de ella emana. Y ese marco legal fundamental, en el que no queremos ser más que nadie pero tampoco menos, lo vamos a defender con todo nuestro empeño frente a políticos insensatos e irresponsables que están dispuestos a mercadear sin rubor con lo más básico de nuestra convivencia.

Ante esta nueva ofensiva del nacionalismo excluyente, resulta crucial defender la Constitución Española como lo que es, la piedra angular sobre la que hemos sido capaces de edificar una democracia que cumple ya 45 años de historia. Porque en nuestra riqueza y diversidad como españoles hay preceptos constitucionales fundamentales que no podemos permitir que se vulneren. Somos una sola nación y todos los españoles debemos ser iguales en derechos, deberes y oportunidades.

SOBRE EL AUTOR

Jorge Azcón

Es presidente del Gobierno de Aragón por el Partido Popular