Un fémur humano cae desde un balcón a la Plaza de la Catedral de Oviedo
El galeno, ya jubilado, lo tenía en su casa y lo había dejado secando en la ventana
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Iniciar sesiónLos ovetenses y visitantes que estaban en los alrededores de la Catedral de San Salvador en Oviedo se llevaron un tremendo susto. En concreto, los que estaban en la terraza de un bar anexo al Templo, al lado del que alguien o algo tiró ... lo que a todas vistas era un hueso y no uno cualquiera: se trataba de un fémur humano.
El incidente se produjo a media mañana. Las terrazas de los bares de la zona estaban notablemente pobladas gracias al buen tiempo, a lo que se unió la celebración de la Preba de la Sidra de Gascona, un festejo en el que se escancia esta bebida en la calle más famosa de sidrerías de la capital asturiana. La Plaza de la Catedral, como es normal, estaba llena de gente.
En pleno momento álgido del servicio, desde uno de los balcones encima del Museo de Bellas Artes, se precipitó el hueso. La sorpresa de los presentes fue mayúscula, toda vez que enseguida se dieron cuenta de que no era un hueso de juguete, sino que, como se confirmó después, era humano. El camarero que lo encontró llamó inmediatamente a la policía, que acudió alarmada por el incidente pero que enseguida determinaron que no tenía origen delictivo, sino que simplemente fue un despiste.
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Según explica 'El Comercio', la Jefatura Superior de Policía de Asturias envió una pareja de agentes para que investigaran el incidente y, tras cubrirlo con un plástico para evitar cualquier tipo de contaminación hasta realizar las pesquisas correspondientes, explicaron de dónde venía este hueso.
Y es que el balcón desde donde cayó el fémur es la casa de un médico, ya jubilado, que guardaba varios huesos humanos. El doctor explicó que los conservaba desde sus tiempos de ejercicio, ya que por entonces se permitía a los estudiantes de medicina que experimentaran con este tipo de restos. Una vez personados los policías en la zona, fue el propio galeno el que acudió para buscar su hueso, y explicó que se le había caído del balcón donde lo había puesto para que se secara después de que empezara salirle moho.
El rocambolesco suceso quedó en una anécdota para contar en un domingo de terrazas en Oviedo, que continuó con su bullicio y ambiente propio de la primavera.
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