Armengol: la socialista más catalanista y fiel defensora de Sánchez
La ex presidenta de Baleares ha gobernado ocho años con los nacionalistas y es farmacéutica de formación
Será la candidata del PSOE a la Presidencia del Congreso
Palma
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Iniciar sesiónFrancina Armengol (Inca, Mallorca, 1971) aún no se ha sentado en un escaño del Congreso de los Diputados, pero es la candidata a presidir la Cámara Baja. No tiene ninguna experiencia en Madrid, pero su carrera política, que está próxima a cumplir las bodas ... de plata, tiene todo lo que Pedro Sánchez necesita en estos momentos: fidelidad al líder, notable proximidad al catalanismo, facilidad para pactar con la extrema izquierda y los nacionalistas y muchas tablas.
Armengol es, desde hace años, la más sanchista de los barones y baronesas socialistas. Siempre ha apoyado sin fisuras al Gobierno central, también con sus acciones más polémicas, como la ley del 'sólo sí es sí'. Incluso le marcó el camino hace ocho años, pactando con Podemos y los nacionalistas de Més para formar un gobierno que duró dos legislaturas y que perdió casi todo el poder regional, insular y local en las últimas elecciones de mayo.
La futura presidenta del Congreso dio sus primeros pasos en política en el Bloc d'Estudiants Independentistes, un sindicato independentista catalán al que se afilió cuando estudiaba Farmacia en Barcelona. En esa época, su padre, el también farmacéutico Jaume Armengol, era el alcalde de Inca por el PSOE.
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Francina Armengol se unió poco después a los socialistas y, aunque siguió trabajando en la botica familiar cuatro años después de licenciarse, pronto inició su carrera política con varios cargos internos en el partido y una concejalía en su localidad natal. En 1999, fue elegida diputada en el Parlament balear, donde siempre ha repetido asiento desde entonces. Y un año después, se convirtió en secretaria general de la Federación Socialista de Mallorca y mano derecha del president del Govern, Francesc Antich.
En 2003, protagonizó una sonada polémica cuando dio positivo en un control de alcoholemia de la Guardia Civil. Alegó que venía del cumpleaños de su hermana y había mezclado dos copas de vino con Ventolin. Pasado el escándalo, Armengol siguió acumulando poder en el PSOE y se convirtió en presidenta del Consell Insular de Mallorca (2007-2011). Su implacable oposición al gobierno de José Ramón Bauzá en la legislatura siguiente le permitió ganar las elecciones en 2015 y gobernar ocho años gracias a un pacto con los nacionalistas de Més y con Podemos. De hecho, Armengol fue la primera baronesa que probó esta fórmula de acuerdo con independentistas y la izquierda radical, mostrando así el camino a Pedro Sánchez.
Durante los ocho años de Gobierno, Armengol ha desarrollado una agresiva pero inane política de vivienda, ha apaciguado a casi todos los sectores económicos, sociales y productivos y ha conseguido una estabilidad presupuestaria nunca vista antes en un gobierno de izquierdas en Baleares. También ha apostado sin ambages por la defensa a ultranza del catalán en la educación y la administración pública. Lidió con la pandemia como pudo en una comunidad cuya economía se hundió como ninguna. En esa época, volvió a protagonizar otro escándalo nocturno cuando fue cazada de madrugada en el 'Hat Bar' de Palma incumpliendo las restricciones horarias de su propio gobierno.
Siempre se ha mostrado muy fiel a Pedro Sánchez, incluso cuando el partido le dio de lado. Armengol fue la única presidenta autonómica que lo apoyó en 2016 y desde entonces ha mantenido una conexión muy especial con el actual presidente, a quien ha apoyado en todas las decisiones polémicas, como los tratos con ERC o Bildu, los indultos a los líderes catalanes o la ley del 'sólo sí es sí', que redujo las penas y dejó en la calle a centenares de agresores sexuales.
Pese a esta cercanía con Sánchez, dar el salto a Madrid no estaba hace nada en los planes de Armengol. Ella y su entorno más próximo estaban convencidos de que lograrían revalidar el poder una histórica tercera legislatura, pero el 28M se vieron claramente superados por la derecha, que recuperó el Govern balear, todos los consells insulares y casi todos los ayuntamientos. Y entonces llegó Sánchez y lanzó un capote: convocó elecciones generales y la idea de quedarse como líder de la oposición se difuminó porque desde el primer momento Armengol sonó como cabeza de lista de los socialistas para el Congreso. La política inquera confirmó un sólido apoyo en los comicios de julio y cruzó el Mediterráneo aunque con el compromiso de regresar al Parlament balear dentro de cuatro años.
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