Aragonès pide a Sánchez que se mueva porque lo conseguido en estos cuatro años es «insuficiente»

A la espera de concretar las reuniones entre los encargados socialistas de llevar a buen puerto los votos de los independentistas (de todos los grupos: Junts, ERC, PNV, Bildu y BNG) en una sesión de investidura a favor de Sánchez y los representantes de estos, Aragonès, este martes, quiso marcar la agenda política y la pauta al PSOE, a la vez que trató de animar o presionar a Junts para que no impida un gobierno del PSOE, porque considera que podrán obtener más réditos políticos.

El presidente autonómico catalán señaló, así, que el independentismo «ha movido» a Sánchez en los últimos cuatro años hacia sus posiciones, pero que ahora le toca a este «moverse» más todavía, si quiere obtener el «sí» de ERC en la investidura. Estos movimientos a los que aludió Aragonès son, básicamente, la llamada «mesa de diálogo» entre ejecutivos, que no está regulada ni tiene valor legal, pero sí un alto componente simbólico. De hecho, el precio pagado por Sánchez, en este ámbito, ha sido ya el de defender que existe un «conflicto político» entre Cataluña y España, en lugar de «un problema de convivencia» entre catalanes, como defendía el propio Sánchez antes de 2019. Un precio que pagó para la investidura de 2019 y que fue para que ERC se abstuviera. Ahora necesita el sí de los de Oriol Junqueras.

«Se ha avanzado (en cuatro años), pero es insuficiente para conseguir una solución política», advirtió el presidente de la Generalitat, que reiteró la necesidad, desde su punto de vista, de celebrar un referéndum de autodeterminación en Cataluña. Porque, dijo, así y solo así se resolverá el «conflicto político». Por lo tanto, volverá a estar sobre la mesa de negociación para la investidura una consulta que pueda dividir España. En esta línea, Aragonès puso en valor la iniciativa que ha puesto en marcha para presentar al próximo Gobierno y que se basa en el acuerdo de claridad canadiense, que no es más que las condiciones para una propuesta de referéndum.

En la línea de lo que defiende su partido, que ya ha nombrado a los siete miembros del equipo negociador con el PSOE -con Marta Rovira al frente, a pesar de estar fugada de la Justicia desde 2017 y residir en Suiza-, el presidente autonómico se mostró dispuesto a concertar su apoyo al candidato socialista, actual presidente del Gobierno en funciones. Pero más allá de los puntos de máximos, entre los que se incluye, además del referéndum, la amnistía para los encausados por el 'procés', es decir, que sus presuntos delitos queden impunes, Aragonès puso sobre la mesa asuntos como la financiación de la Generalitat para, en sus palabras, acabar con «el déficit fiscal», «el déficit de infraestructuras» y «el déficit de servicios públicos».

Sobre este asunto de la financiación autonómica y un mecanismo que debe revisarse, pues está pendiente desde 2014, Aragonès quiso dejar claro -y así lo verbalizó en varias ocasiones- que, en cualquier caso, ERC no defenderá «una financiación con otras autonomías», ya que quiere un trato bilateral y no una negociación multilateral autonómica. Su modelo es salirse, en la medida de lo posible, del sistema común, si no por el fondo, si por la forma. «No iremos a defender una financiación de la mano de (Isabel Díaz) Ayuso y (Emiliano) García-Page», añadió con sorna, en referencia a los presidentes autonómicos de la Comunidad de Madrid, del PP, y de Castilla-La Mancha, del PSOE, respectivamente.

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Sobre estos asuntos, el presidente de la Generalitat insistió, durante toda su comparecencia -que quedó centrada en la valoración política de las negociaciones tras el 23J-, que si Sánchez quiere ser investido presidente con los votos de ERC, es imprescindible que se mueva, que presente una oferta, que debe incluir una respuesta a las exigencias de los secesionistas, y que, a partir de ahí, se iniciará la negociación. En este sentido, el presidente autonómico reconoció que «los contactos (entre los líderes políticos) son habituales», antes del 23J y lo han sido después de las elecciones generales, pero aseguró que todavía no se han producido los que tienen que ver con la investidura del líder socialista. En cualquier caso, Aragonès, incluso reconociendo que el resultado del 23J no ha sido bueno para ERC, defendió que la aritmética en el Congreso sitúa al independentismo ante «un escenario» que hay que «aprovechar al máximo», con el objetivo final de conseguir la secesión. Por esto, dijo que «hay que reforzar los espacios de negociación entre Cataluña y España».