Santisteve ha disparado el gasto en sueldos en más de ocho millones durante el último año

La cifra también es muy superior a la que se encontró la coalición ZEC cuando, con Pedro Santisteve al frente, ocupó el gobierno municipal de Zaragoza tras las elecciones de mayo de 2015. Aquel año, 2015, con las cuentas que había dejado el PSOE, el Ayuntamiento se gastó en sueldos y cotizaciones sociales un 3,14% menos que ahora.

La escalada de ese apartado del gasto público local ha sido acelerada durante el último ejercicio, en el año preelectoral que ha antecedido a las elecciones municipales del próximo 26 de mayo. Según las cuentas oficales que han sido certificadas por el Ministerio de Hacienda, en 2018 el Ayuntamiento de Zaragoza pagó en sueldos y cotizaciones soicales un total de 250,83 millones de euros , 8,17 millones más de los que abonó por el mismo concepto en 2017.

Al mismo tiempo, el Consistorio zaragozano también disparó el gasto corriente, hasta los 301,61 millones de euros , 20 millones más de los que consumió en ese apartado en el año 2017. El gasto corriente abarca todos los consumos por suministros y servicios que forman parte del funcionamiento cotidiano de la administración y de su sector público –desde el consumo eléctrico del alumbrado público a la limpieza, pasando por suministros más básicos como el material de oficina-.

Entre sueldos y gasto corriente, al Ayuntamiento de Zaragoza se le fueron el año pasado 852,4 millones de euros. El alcalde Pedro Santisteve –que se presenta de nuevo con el objetivo de mantenerse en el poder otros cuatro años- finiquita esta legislatura dejando un Ayuntamiento que necesita dos millones y medio al día solo para abrir la puerta cada día , dos millones y medio diarios solo para pagar a sus trabajadores y para costear el gasto ordinario de funcionamiento .

En estos momentos, entre personal y gasto corriente, el Ayuntamiento de Zaragoza consume el 35% de todo lo que maneja al cabo del año. La cifra incluye tanto el gasto acumulado por la Administración municipal propiamente dicha, como el que realiza el entramado de entes y sociedades públicas que dependen del Consistorio y que constituyen una suerte de «administración paralela».