La juez reitera su negativa a trasladar los frescos de Sijena: lo ve muy peligroso

Este fue el criterio que ya expresó a finales de enero , cuando desestimó la pretensión planteada por el Ayuntamiento de Villanueva de Sijena (Huesca) y por el Gobierno aragonés. Ambos habían reclamado la ejecución provisional de la sentencia dictada en julio de 2016. Es decir, que mientras el caso sigue su fase de recursos, los frescos regresaran a su emplazamiento originario en vez de continuar en el Museo Nacional de Arte de Cataluña, el barcelonés MNAC .

La juez, sin embargo, considera que el estado de conservación de esas pinturas murales románicas, la complejidad técnica del desmontaje, traslado por carretera y posterior montaje en Sijena, conlleva riesgos de conservación que no es conviniente asumir en el actual punto procesal en el que se encuentra el caso.

Además, este último auto supone también un varapalo contra el Gobierno aragonés. La juez reprocha al Ejecutivo autónomo que pretenda hacer valer ahora, y no meses atrás, un informe pericial sobre la supuesta idoneidad de las salas que recibirían los frescos de Sijena. La juez invalida, por extemporánea, la prueba que ha pretendido hacer valer ahora el Gobierno aragonés.

El mismo juzgado, cuando sentenció en julio de 2016 , dijo que era técnicamente viable trasladar los frescos al Monasterio de Sijena. Ahora, el nuevo pronunciamiento no anula aquella conclusión, pero la matiza en la práctica: es viable, pero no conveniente hasta que no haya sentencia firme, definitiva, lo que supondrá esperar años.

En estos momentos el recurso presentado en su día por la parte catalana está en manos de la Audiencia de Huesca, que es a la que le toca ahora dictar sentencia. Pero ese fallo, cuando llegue, también podría ser recurrido.

Los valiosos frescos del Monasterio de Sijena fueron arrancados de los muros de este histórico cenobio en dos tandas. La primera, en 1936 , en las primeras semanas de la Guerra Civil y bajo los auspicios del gobierno de la Generalitat catalana. El resto de pinturas murales fueron arrancadas en 1960. Todos los frescos acabaron en el MNAC barcelonés, donde continúan.