Unas 300 personas se concentran en la Comandancia de la Guardia Civil de Málaga al grito de «Marlaska dimisión»

En la avenida Arroyo de los Ángele s de la capital el grupo se repartía entre la puerta de la comandancia, los jardines y la acera de enfrente, junto a la pared del Hospital Civil. Así comenzaron los actos, en los que estuvo José Enrique Lara, presidente de Vox en Málaga con algunos afiliados, que lo hicieron como ciudadanos y no como representantes públicos. Y cuando el reloj marcó las 12.00 comenzó con el lema «El honor es mi divisa. Todo por la patria» .

En el día de las Fuerzas Armadas hubo un recuerdo a los caídos cuando sonó «La muerte no es final» . Frente al bandera, aquellos que se mantenían firmes, desvelaban la instrucción militar. Veteranos de varios cuerpos, agentes en la reserva, familiares de los miembros activos del cuerpo o jubilados, que recuerdan las horas de servicio y el orgullo de haber lucido el tricornio. Se mezclaban con aquellos que decían reaccionar con sus aplausos a los «ataques del Gobierno» .

Había los que iban a «defender la independencia judicial» , como reseñaba alguna pegatina repartida durante la concentración, entre las que también había otras que hacían un claro llamamiento a los ciudadanos: «¡España despierta!» . No hubo incidentes y todo estuvo en orden. Un coche paró junto a los jardines y su conductor gritó «Viva la República». Fue un borrón en la unidad de este grupo de personas apoyadas por el claxon de los conductores y los motoristas .

La ovación a la Guardia Civil entró durante unos minutos por las pocas ventanas que permanecían abiertas en la Comandancia. Le siguió el himno del benemérito cuerpo y luego el Nacional. «Estamos apoyando a la Guardia Civil, porque le debemos mucho», afirmó José Miguel Gómez, legionario en activo, hijo, nieto y sobrino de guardia civil. «Han intentado que desaparezca y ahora quieren hacerlo sumiso, pero se debe al pueblo, porque para eso se fundó », explica este joven tras los aplausos.

Juan Luque aseguraba que el ministro es «una marioneta» y defiende Instituto Armado, al que ha servido durante 32 años hasta pasar a la reserva. «El honor no se compra, se tiene, se conserva y no se mancha, porque eso ya no se recupera en la vida» , señaló Luque, que muestraba su placa para acreditar que es un funcionario en la reserva. Como él, varios se acercan a contar una larga hoja de servicios y mostraban preocupación por «los ataques» a un Cuerpo con 175 años de historia .

El acto acabó con un paseo por las inmediaciones de la Comandancia. Ovaciones a un coche que salió de dentro de las intalaciones, frente a la garita del acceso de vehículos, donde había un agente en el control, y a una patrulla la Policía Nacional que pasó por la zona. Dos mujeres entregaron algunas mascarillas a los agentes que estaban dentro de la recepción de la Comandancia y todo quedó disuelto. La tranquilidad de adueñó de una puerta donde la bandera de España ondea a media asta en señal de luto por todos los que han perdido la vida en esta pandemia.