La nube no encuentra enchufe en Andalucía: la falta de red eléctrica ahuyenta inversiones millonarias en centros de datos
La escasa capacidad de conexión y los lentos trámites administrativos frenan el desarrollo digital y dejan escapar grandes proyectos tecnológicos hacia otras comunidades
Templus creará una red de centros de datos entre Sevilla, Málaga y Ceuta
Málaga
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Iniciar sesiónAndalucía reúne sol, suelo y cables submarinos, pero le falta algo tan prosaico como decisivo: puntos de conexión eléctrica . Esa carencia está frenando la llegada de centros de datos, la «fábrica» de la economía digital, y empujando inversiones de miles de millones ... hacia regiones con mejor capacidad de red y trámites más ágiles.
«El acceso a la energía es hoy el talón de Aquiles del despliegue», ha afirmado la patronal Spain DC, que exige actualizar con urgencia la planificación estatal del transporte eléctrico para acompasar la demanda digital.
El atasco se mide en megavatios y en euros. Desde 2022 Endesa ha recibido en Andalucía 305 solicitudes de conexión para nuevos centros de datos (5.133 MW); un 48% está bloqueado por falta de capacidad en la red de alta tensión.
Traducido a negocio, esas peticiones atascadas equivalen a 27.756 millones de inversión directa que hoy no arranca, además de 46.260 millones indirectos vinculados a equipos y servicios. La parte que sí avanza, un 32%, suma 26.400 millones en inversión directa y 44.000 millones indirectos. El coste de oportunidad es evidente.
Emilio Díaz, presidente de Spain DC, pone el foco en el desajuste de tiempos: «Trabajamos con planificaciones a cinco años de la red, pero un data center no espera tanto; el inversor soporta 18-24 meses, no cinco años».
De ahí su receta: acelerar inversiones, fijar fechas ciertas de disponibilidad y abrir la puerta a fórmulas de colaboración público-privada que permitan adelantar refuerzos de red donde haya demanda. «Si todo esto fuera más ágil, España podría doblar hasta 120.000 millones la inversión prevista para el próximo lustro», ha subrayado.
El cuello de botella no es exclusivo de Andalucía, aunque la comunidad lo sufre con especial intensidad por su menor desarrollo en centros de datos. El auge de la inteligencia artificial y del procesamiento masivo de información ha elevado la competencia entre territorios por atraer infraestructuras capaces de sostener esta nueva economía digital, donde la capacidad energética y la conectividad marcan la diferencia.
Según la última guía de Spain DC, Andalucía cuenta con seis centros de datos de asociados, mientras en España operan ya más de cien centros (considerando los de ≥0,5 MW). El liderazgo sigue en Madrid y crece con fuerza Aragón, que ha sabido captar nubes hiperescalables con permisos exprés.
Aragón ha establecido planes especiales que concentran el permitting y permiten iniciar obras en 9-12 meses sin saltarse la ley. Esa rapidez, unida a la disponibilidad de suelo y energía, ha inclinado la balanza. Andalucía, con clima competitivo en costes y grandes recursos renovables, necesita replicar esa agilidad si no quiere seguir perdiendo proyectos.
Un marco regulatorio desfasado
El marco regulatorio explica buena parte del atasco. La planificación de la red de transporte 2021-2026, competencia del Estado a través de Red Eléctrica, se elaboró con datos de 2018 y no previó el auge de los centros de datos; sigue en vigor mientras el Gobierno tramita la nueva 2025-2030 y aplica «modificaciones puntuales» para atender urgencias.
La Junta ha reclamado que ese próximo ciclo incorpore las necesidades reales del sector y fije fechas ciertas de disponibilidad de potencia. En paralelo, ha puesto en marcha el Plan de Infraestructuras Digitales 2030 y un servicio de acompañamiento a grandes proyectos con el objetivo de simplificar trámites. La clave, ahora, es que esas medidas se traduzcan en autorizaciones y megavatios a tiempo.
Medidas concretas hay sobre la mesa. La Junta ha pedido al Gobierno central, responsable de la alta tensión, la construcción de 6 subestaciones adicionales, 88 nuevas posiciones y 8 líneas de doble circuito en nudos estratégicos, con una inversión de 544 millones hasta 2030.
Son obras que desbloquearían nodos saturados y permitirían conmutar de inmediato proyectos en lista de espera. La propia Endesa remarca que las distribuidoras atienden solicitudes por orden de llegada y que, sin capacidad disponible en el nudo, da igual que se trate de un data center o de una desaladora: la petición no avanza.
La situación muestra algunos avances, entre ellos la publicación, obligada por la CNMC, de los mapas de capacidad de la red de distribución para nuevas demandas, desde el 9 de septiembre. El resultado es revelador: un 83,4% de los nudos se encuentra ya saturado, lo que confirma la necesidad de un nuevo marco retributivo que impulse inversiones más rápidas y ambiciosas en refuerzos eléctricos y trace una hoja de ruta clara sobre dónde debe conectarse primero la industria digital.
También la conectividad internacional juega a favor de Andalucía. En 2025 ha entrado en servicio el cable submarino Medusa, con dos puntos de amarre en Cádiz (Zahara de los Atunes y Torreguadiaro), que sitúa a la región en la autopista de datos que une Lisboa con Egipto y enlaza con Barcelona y Marsella. Esa puerta sur, sumada a la posición entre Atlántico y Mediterráneo, es un imán para operadores que exigen rutas redundantes y baja latencia.
Claves para que Andalucía conecte su nube digital
La Junta insiste en que el nuevo plan estatal 2025-2030 debe asegurar potencia eléctrica allí donde crece la demanda digital. Defiende fórmulas de colaboración público-privada que permitan a los promotores cofinanciar los refuerzos necesarios a cambio de una fecha garantizada de conexión, y reclama acortar los plazos de tramitación mediante figuras andaluzas de interés estratégico, con ventanilla única y calendario firme, siguiendo el modelo aragonés que permite obtener licencias en menos de un año.
Además, Andalucía quiere ofrecer espacios listos para conectar, con suelo industrial y energía disponible cerca de los puertos digitales de Málaga y Algeciras y de los amarres del cable Medusa. Estos polos incluirían subestaciones y canalizaciones de fibra ya instaladas, junto a diseños sostenibles sin consumo de agua potable y alimentados al cien por cien con energía renovable, para garantizar el crecimiento digital sin comprometer los recursos hídricos.
El mercado está. La patronal cifra en 60.000 millones la inversión prevista en data centers en España en los próximos cinco años, y asegura que, con reformas, podría duplicarse. La elección es binaria: o Andalucía pasa a la primera línea con red y licencias, o seguirá viendo cómo Madrid, Aragón y otros competidores se llevan la nube y los empleos. «Es una carrera de velocidad; no vale llegar tercero», ha resumido Díaz.
Andalucía apenas cuenta con media docena de centros de datos frente a los más de cien repartidos por España, con Madrid y Aragón como polos dominantes de la nube. Sin embargo, la comunidad dispone de todos los ingredientes para cambiar el tablero: una posición geoestratégica privilegiada entre continentes, cables submarinos de última generación, abundancia de energía renovable y capital humano cualificado. Si logra desbloquear la red eléctrica y agilizar los permisos, Andalucía puede erigirse en el gran hub digital del sur de Europa. El desafío es inmediato, y también la oportunidad.
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