El turismo vuelve a tomar la Judería de Córdoba en Semana Santa

Su crucero está atracado en Sevilla, y una vez que concluya el tour por la ciudad regresan a sus camarotes al mediodía. Lo cuenta a ABC la guía local Esther Molina mientras reparte las entradas con el código QR a cada uno de sus clientes para cruzar el control de seguridad del templo levantado por Abderramán I en el siglo VIII.

El turismo nacional es casi la mitad que el extranjero estos días de Semana Santa, y la tendencia es a recuperar las cifras de antes de la pandemia, cuentan desde las taquillas del Cabildo como una aproximación sin datos oficiales. De hecho, son muchas las familias que han escogido estos días de vacaciones para hacer turismo en Córdoba, independientemente de que puedan disfrutar también de alguna procesión.

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Es el caso de un matrimonio de Madrid y sus tres hijos que acaban de llegar este jueves a Córdoba y se dirigen al Punto de Información Turística de las Tendillas. Está vacío y sólo a sus puertas, un trabajador de los autobuses turísticos 'City Sightseeing Córdoba', ataviado con el llamativo chaleco rojo perfectamente identificado, se acerca para ofrecer estos recorridos por la ciudad.

Desde el punto de información municipal, sus tres trabajadores han rechazado hablar con ABC sobre la afluencia de turismo esta Semana Santa. Mientras, el Centro de Recepción de Visitantes, junto a la Puerta del Puente, está cerrado y bloqueado por los palcos destinados al paso de la Carrera Oficial de Hermandades y Cofradías. La cafetería bar permanece cerrada, desmantelada y sin mobiliario en su interior.

Sin embargo, la Puerta del Puente es uno de los lugares más fotografiados por los visitantes. Es un punto seguro para subir un 'selfie'. Desde primera hora del día, en el Puente Romano se podían observar a los grupos de turistas, que rodeaban la Torre de la Calahorra, sobre todo a familias, antes de dar un paseo por la Ribera, hacerse una foto en una de las norias del río y pasar al Alcázar de los Reyes Cristianos.

Este Jueves Santo, el que fuera alojamiento de Isabel La Católica, cerró al mediodía por lo que la afluencia de público fue constante alrededor de las 11 de la mañana. La mayoría de los turistas llegan con su código 'QR' como entrada en sus móviles, pero otros muchos son redirigidos por el encargado de la entrada al recinto hasta el quiosco donde pueden sacar la entrada, quien les indica además el tipo de descuento al que pueden acceder o la gratuidad, en su caso, para los cordobeses de la capital o estudiantes.

«La visita comienza en el Salón de Los Mosaicos; continúa por la derecha; los jardines y luego tienen la salida a su izquierda», repite con amabilidad este trabajador que conoce este Alcázar como la palma de su mano. «Ha habido más cola los días de atrás, hoy es más fluido el ritmo», cuenta a ABC.

Por este torno cruzan muchos extranjeros, desde franceses a italianos pasando por algún americano, pero sobre todo, algunos matrimoniosjubilados y familias con niños procedentes de otros puntos de la geografía española como Madrid, Galicia o Guipúzcoa. Un ejemplo de estas visitas es la de Miriam, una universitaria de Badajoz que ha venido con su pareja a visitar Córdoba -llegaron este pasado Miércoles Santo y saldrán del hotel este Viernes Santo-, quienes coinciden que esta ciudad permite «ir a todos los lugares andado y que además, es barata».

Las preguntas más frecuentes a la entrada del Alcázar son ¿dónde está el aseo? o ¿cuánto tiempo estimado dura la visita?. A pocos metros de este lugar, los Baños Árabes del Alcázar Califal, que acumula a otros grupos de visitantes y frente a ellos los cocheros aparcados a este lado de la muralla de la ciudad. Estos cocheros para algunos hosteleros de la zona, que han explicado a ABC que suponen un problema, que ya han denunciado al Ayuntamiento de Córdoba al considerar que «incumplen las normas que se aprobaron en las ordenanzas y que incluyen una mayor limpieza y cuidados como el atuendo de los propios cocheros, que debían ir uniformados como imagen que son de la ciudad y que se encuentran ubicados en una de las puertas principales de acceso a la Judería».

La afluencia de visitantes esta Semana Santa es más que palpable en todo el barrio de la Judería y del Casco Histórico. Tanto en establecimientos de hostelería como 'souvenirs' así lo constatan. Un ejemplo de ello son las tiendas Ale-Hop, una de ellas enclavada en la calle Jesús y María y otra en Buen Pastor. «Se ha notado muchísimo la llegada de turistas, muchos extranjeros, sobre todo italianos y franceses que desde primera hora nos visitan», cuenta uno de los responsables desde esta franquicia.

La calle Deanes, con múltiples tiendas, refleja al mediodía del Jueves Santo el bullicio del turismo en sus hostales y tiendas de regalos hasta desembocar en la plaza Judá Levi, donde no cabía una sola mesa en sus terrazas.

En cualquier caso, las asociaciones vecinales de la Judería como «La Medina» o de empresarios como 'Asociación Judería' hablan a ABC de una falta de coordinación entre el Ayuntamiento y los vecinos que constituyen a día de hoy el alma del barrio.

Una de las cuestiones que plantean algunos de estos vecinos es que no se refuerce el sistema de limpieza en estos días, cuando la suciedad acaba en una montaña junto a los contenedores. Esto provoca a su vez, la denuncia de los empresarios de la Judería tanto hosteleros como propietarios de establecimientos turísticos, porque «es la impresión que se van a llevar los turistas y lo que harán que repitan o atraigan a otros».

En cuanto a alojamientos turísticos y ocupación hotelera, Córdoba roza el completo. La propietaria de los alojamientos turísticos 'Las Casas de Doña Concha' y consultora turística Ana Flórez de Quiñones reconoce a ABC que «ya sus alojamientos enclavados en la Judería cuentan con un 80 por ciento de extranjeros -sobre todo procedentes de EE.UU., Gran Bretaña o Australia -de alto poder adquisitivo- frente al 20 por ciento de turismo nacional».

Esta consultora turística denuncia que pese al lleno absoluto de Semana Santa «la marca Córdoba no se está cuidando, por ejemplo, ni con la atención en los puntos de información turística ni en el modo que se atiende a los visitantes». Para Flórez de Quiñones «en Córdoba todo el mundo de cara al turista tiene que ir vestido con una sonrisa y con clara vocación de servicio para dar la bienvenida».