Siembra y cosecha

Pocas televisiones se han hecho eco de algunos acontecimientos importantes acaecidos recientemente. El primero ocurrió en el municipio onubense de Cartaya . Paqui paseaba acompañada de su madre y sobrina cuando vio a cinco energúmenos ofendiendo y tirando botellas a un hombre de 66 años con discapacidad mental que pedía entre lágrimas que le dejaran irse a su casa. Ella, ante la indiferencia de los que presenciaban semejante calvario, se acercó exigiendo que dejaran de molestar y avisando que si no lo hacían mandaría fotos a la Policía. La respuesta de las acémilas fue darle fuertes empujones y cabezazos que obligaron a Paqui a ir al Hospital.

Otra información nos dice que la secretaria judicial que declaró como testigo en el juicio del 1-O ante el Tribunal Supremo , está recibiendo mensajes amenazadores tras haberse publicado impunemente en algún medio su rostro y domicilio. También nos enteramos que una pareja, estafador y estafadora, engañaban con promesas de cuidados especiales y desde hace bastante tiempo a ancianas y ancianos, llevándolos a una casa de Chiclana donde los maltrataban y drogaban para expoliar sus bienes con los que compraban terrenos en los que edificaban viviendas. Todo eso sucedía sin que las autoridades políticas (autonómicas, provinciales y municipales) o económicas (la siempre vigilante Agencia Tributaria) evitasen semejante abuso. O saber que una tal Ada Colau (alcaldesa de Barcelona) manifestó ante el Tribunal Supremo que las manifestaciones del 1-O que todos vimos eran movilizaciones pacíficas y ejemplares. O las realizadas por un tal Rufián (diputado en Cortes) diciendo que le chirriaba que se dijese que aquellas manifestaciones eran una rebelión o tumulto porque él fue a merendar. ¡Qué políticos más ejemplares tenemos en España!

Si a lo anterior unimos la viñeta colgada en los soportales del Ayuntamiento de Oviedo en la que se ve a un juez diciendo a una mujer que «con su cruel belleza provoca la crueldad de su marido», o la aprobación por el Parlamento de Cataluña de una investigación sobre la monarquía -recordemos que Justicia y Monarquía son las dos instituciones mejor valoradas por los ciudadanos- deberíamos reflexionar sobre qué es lo que estamos haciendo mal. Porque, ¡algo estamos haciendo mal! Y deberíamos preguntarnos ¿ qué cosecha vamos a recoger a corto plazo con la siembra que con nuestra tolerancia se está haciendo en España?