¿Otra dimisión?

Si fuese votante Partido Popular, que lo soy, tendría, en cambio, algunos reparos. La noticia de la investigación por un presunto delito urbanístico -que nada tiene que ver con su actuación política ni con la corrupción- es alarmante, pero hay argumentos para no pedir su dimisión en este momento procesal. Argumentos con nombres y apellidos, como los de Francisco Camps o Rita Barberá, los de la alcaldesa de Cartagena Pilar Barreiro o del antiguo alcalde de Granada José Torres Hurtado . Son todos ellos políticos que fueron investigados por la justicia, hostigados por una buena parte de la izquierda -y por esos justicieros llamados Ciudadanos- y finalmente absueltos.

No procede pedir -por ahora- la dimisión de la antigua alcaldesa: a la falta de coherencia con lo que los Estatutos del partido exigirían para un cargo popular, se uniría una cierta vocación suicida. El citado alcalde de Granada , del que hoy nadie se acuerda, fue investigado junto con su concejal de Urbanismo por un delito de prevaricación urbanística, acosado, obligado a dimitir por ello para terminar en absolución total: ¿a nadie le entra vértigo al pedir esa dimisión cuando recuerda el ejemplo granadino?

Seamos prudentes, pidamos para los demás lo que exigimos para nosotros y dejemos que la Justicia haga su trabajo. Y mientras tanto, Isabel Ambrosio -que tendrá que explicarse- debe gozar de la presunción de inocencia . Aunque todo apunta a que correrá la lista socialista, esperemos a ver cómo evoluciona el caso en los tribunales en un asunto en el que el fuego amigo quizá no sea una simple hipótesis.