El espectáculo nocturno del Alcázar de Córdoba, un problema que no ve la luz al final del túnel

Ya en su puesta de largo, había voces que criticaban la rapidez con la que se había montado el espectáculo, asegurando que se había acelerado el proceso para inaugurarlo antes de las elecciones locales. Precisamente, aquellos comicios, los de 2011, trajeron un cambio de gobierno: el Partido Popular regresó al Ayuntamiento y con él se produjo el primer gran cambio en la gestión del Alcázar.

En junio de 2013 , bajo las siglas del PP, el Alcázar pasó a estar gestionado mediante un sistema mixto , entre la empresa Comsa-EMTE Service y el propio Ayuntamiento. La compañía se mantuvo al frente hasta agosto de 2015, cuando se retiró acusando a partidos y sindicatos de torpedear su labor. Sobre el papel, el contrato debería haberse extinguido en 2014, sin embargo los populares concedieron varias prórrogas al mismo.

Tras conocer estos hechos, el nuevo gobierno local, la coalición de PSOE e IU, llevaron el asunto ante Intervención, quien no obstante falló a favor de los populares al reconocer que no veía indicios de delito en la concatenación de tres contratos con EMTE.

La salida de EMTE dejó al Ayuntamiento al frente, pero su labor distó mucho de ser excelente . El mejor ejemplo se encuentra en el número de pases para el espectáculo: de los tres fijos diarios (ampliable a a cuatro en las noches de mayor demanda) se pasó a quitar la sesión del lunes, ya que el monumento estaba cerrado, y reducir un pase el fin de semana o el hecho de que el mayor número de visitantes se registró durante la gestión mixta .

Llegado septiembre, el espectáculo quedó clausurado.

No fue hasta septiembre de 2017 cuando volvió a abrirse el espectáculo del Alcázar. De nuevo con un sistema mixto y de nuevo con EMTE como parte privada. La Junta de Gobierno Local adjudicó el contrato a la misma firma por un importe de 112.080 euros y un año con opción a otro, cosa que finalmente ocurrió.

El Partido Popular criticó en aquella ocasión la mala situación en la que se encontraban las instalaciones, haciéndose eco de una noticia publicada por este periódico en el que se mostraba el estado deficiente de los jardines después de tanto tiempo cerrados.

Pero no se trataba de la primera crítica de los populares. El entonces viceportavoz del grupo municipal, Salvador Fuentes, calificó de « patético e irresponsable » la tardanza del equipo de gobierno para volver a adjudicar la gestión, aunque por aquella época ya se rumoreaba la vuelta de EMTE.

La vuelta de la empresa no solucionó los problemas que arrastraba el Alcázar, pues a principios de este año el área de Turismo había recibido hasta cuatro quejas por parte de Comsa , en la que alertaba de una « importante pérdida de calidad » del espectáculo.

La bola de nieve siguió haciéndose más grande y en junio denunció que el Ayuntamiento no había realizado ningún tipo de actuación sobre la zona , por lo que el problema estaba empeorando. En aquella ocasión, EMTE denunció que contaba con cinco facturas pendientes de pago (de enero a abril), cuyo importe superaba los 40.000 euros, mientras que las vencidas llegaban hasta los 26.000 euros.

En aquel escrito, la adjudicataria denunciaba la mala relación con Pedro García (IU), edil de Turismo en funciones en esa época, y lo achacaba a ser la misma empresa que gestionaba el Alcázar durante el gobierno popular, recibiendo críticas por parte de Izquierda Unida, y por haberse constatado el aumento de visitas durante el sistema mixto.

Con esta situación se produjo el nuevo cambio de gobierno y la entrada de Ciudadanos al área que hasta ese momento estaba en manos de García. Ahorá, será Albás quien tenga que hacer frente a un problema que acumula ya casi una década de historia.