La Ciudad de la Justicia de Córdoba cumple su primer año con éxitos, pero también con lagunas

Y el balance es de luces y sombras . Entre las primeras, está el contar con un edificio nuevo, inteligente, y las facilidades que supone para el trabajo judicial tener una sede única . Entre las segundas, las carencias que muestra el inmueble en cuanto a información o señalización o en materia de seguridad.

Para hosteleros y comerciantes , el impacto no ha sido el esperado , aunque desde las inmobiliarias avisan de que prácticamente todos los locales están ocupados .

El juez decano de Córdoba, Miguel Ángel Pareja , reconoce a ABC que el cambio ha sido «significativo» desde el punto de vista de la prestación del servicio de Justicia, que ha sido fantástico . Se ha pasado de tener diseminadas las sedes judiciales a estar todo centralizado . Según el portavoz de los jueces, «hemos pasado de edificios antiguos a uno nuevo y eficiente». Sin embargo, el magistrado Pareja admite que ha habido problemas como las colas de ciudadanos para acceder a al servicio de abogado de oficio que temporalmente se han visto reducidas con un teléfono de cita previa pero que son similares en el Registro Civil . «Se está avanzando en un sistema de cita previa pero aún la Administración no lo ha logrado implantar », apostilla Pareja.

Otro punto a tener en cuenta es la puesta en marcha de un servicio de información centralizado para que los visitantes no se pierdan por el edificio. Una queja generalizada de los usuarios de la Ciudad de la Justicia es la escasa información y señalización.

El juez decano incide también en la necesidad de que se active un plan de seguridad y de evacuación . No en vano, cree que en la primera materia se puede mejorar, pese a la labor encomiable de la Guardia Civil .

La Fiscalía es una de las que más beneficiada se ha visto por el cambio. El fiscal jefe, Juan Bautista Calvo-Rubio , asegura que para ellos ha sido «un gran avance, porque antes teníamos un edificio en el que las instalaciones eran pobres y los fiscales compartían despacho ; había 17 funcionarios en una misma habitación».

Para el miembro de la Junta directiva del Colegio de Abogados, Carlos Arias, «los beneficios son todos; Hemos pasado de “Cuéntame” al futuro . Los tiempos, el rendimiento de todo el mundo, todo unificado, todo beneficios».

Por su parte, el experto abogado penalista Francisco Poyatos , en lo que más ha notado el cambio es en la unificación de sedes judiciales. En este sentido, este letrado asegura que muchas veces no daba tiempo porque había que esperarse en una de las citas; ahora se ha agilizado mucho lo que es la Administración en sí, el personal, magistrados, compañeros y fiscales. «Somos las mismas caras con distinta ubicación. Pero el edificio es una ventaja para todos y para todas las órdenes jurisdiccionales ».

En cuanto a los usuarios, Poyatos asegura que al principio a los clientes que vienen de la provincia acostumbrados a la sede de Vallellano pues había un poco más despiste para llegar hasta ella; pero ahora mismo ya lo conoce todo el mundo y está bien ubicado con referentes identificables como el Hipercor y es fácil llegar y está cerca del AVE . Además, Poyatos apunta que los profesionales «hacemos uso intensivo de cafeterías y restaurantes alrededor y están encantados». Ése es el trasiego de letrados procuradores, como María José Carralero , que está convencida de que este modo centralizado de trabajar es mucho más productivo, aunque insiste en la idea que el edificio lleva a los usuarios a perderse en él . No en vano, la nueva sede de los juzgados suponía el aterrizaje de casi 800 trabajadores a los que había que sumar a los usuarios de las instalaciones, que harían una media de mil visitas diarias. Toda esa masa laboral y social buscaría ahora en Noreña los servicios que hasta el momento encontraban en los alrededores de los juzgados de Conde de Vallellano. Bares y restaurantes, quioscos o estancos y tiendas de confianza.

Un año después, a los comerciantes u hosteleros que escucharon con ilusión aquellos optimistas pronósticos les queda una sensación agridulce. Es indudable que el traslado de todo el ejercicio judicial a la zona la ha transformado : Noreña ha heredado el pulso económico que los tribunales daban antes al entorno de Ciudad Jardín. Sin embargo, la realidad se ha quedado corta comparada con las expectativas , que impulsaron el establecimiento en la calle Isla Fuerteventura de negocios de nuevo cuño dispuestos a sacar rédito a la «mudanza» de jueces, fiscales, abogados, testigos, limpiadoras, conserjes, secretarios o los propios encausados y sus familias. Donde antes había apenas seis bares, ahora hay treinta, por lo que la clientela que ha generado el nuevo edificio supone una tarta de mayor tamaño pero también más comensales entre los que repartirla.

«El efecto no se ha notado casi nada. Aquí hay una ‘burbuja’ y ya ha habido traspasos de locales, bares que han tenido que cerrar. Nada que ver con lo que se esperaba». Quien habla es es Bartolomé Merino, propietario del bar Los Merinos , que este año cumple 18 años en una esquina de la calle Isla Fuerteventura. No obstante, el interés comercial que despierta la zona lo acreditan las inmobiliarias que trabajan en Noreña.

Desde Barin, el jefe de Ventas, Juan José Flores , explica que prácticamente todos los locales están ocupados , la mayoría destinados al sector de la restauración.

Aasegura que la apertura de la Ciudad de la Justicia no es el único revulsivo para el barrio de Noreña , que en los últimos años ha salido del letargo que arrastraba desde su creación como zona residencial gracias a otras infraestructuras como el centro de salud Castilla del Pino.

La nueva sede judicial ha sido solo un paso más en esa trayectoria de crecimiento que, a lo largo de una década, ha convertido esta parte de la ciudad en una de las zonas favoritas de las familias jóvenes para instalarse , lo que ha llevado parejo el aterrizaje en los alrededores de empresas de un tallaje mayor, como supermercados Deza, o de nuevas iniciativas como el centro comercial del Parque Figueroa.

El paisaje de grúas que corona este barrio da buena cuenta de que los promotores inmobiliarios consideran a Noreña una zona «consolidada». Según Flores, es «un enclave donde todo lo que sale se vende o se alquila» , que apunta, además, que el valor del suelo en esta zona de la ciudad ha superado con creces las previsiones de los profesionales. Algo que se explica porque «la oferta es escasa y la demanda es muy alta».

Todo ello a pesar de que la zona presenta carencias. Para los vecinos, la más preocupante es la falta de aparcamiento , de carácter rotatorio y para los propios residentes. Esta circunstancia también está lastrando a una parte del comercio. Desde la librería-papelería Míster Cómic, en la calle Isla Fuerteventura, exponen precisamente que la puesta en marcha de la Ciudad de la Justicia les ha traído más problemas que beneficios. Aunque la zona es ahora más transitada, «he perdido la clientela que venía de paso, por ejemplo consumidores de prensa, porque ya no pueden hacer parada al no haber plazas libres de aparcamiento», explica su dependiente.