'Ciberestafas' por redes sociales en Córdoba | Jóvenes con servidores en el extranjero

El caso del joven montillano recuerda la Policía Nacional, revelaba que pese a convivir con su madre, no compartía los beneficios que obtenía con ella, a tal punto que ella se veía obligada a pedir comida del Banco de Alimentos. Estafador con perfil despiadado en casa.

El inspector Francisco Barcos, perteneciente a la Brigada Provincial de Policía Judicial de la Comisaría Provincial de Córdoba —perito informático, gradudado superior y especialistas en delitos informáticos— explica a ABC que el perfil de estos delicuentes corresponde a personas jóvenes y mayoritariamente extranjeras, aunque también hay españoles que las ejecutan , que a veces están asistidas por personas extranjeras que cuentan con tiendas físicas que venden, por ejemplo, tarjetas telefónicas de prepago, y lo hacen sin identificar fehacientemente al contratador de la línea telefónica. De este modo, cuando la Policía realiza la investigación encuentra con líneas a nombre de filaciones ficticias.

Barcos señala que dependiendo de la modalidad de estafa tienen o no conocimientos informáticos. Por ejemplo una estafa de venta de un producto que se cobra el dinero de venta y el delincuente nunca envía , utilizando para ello una línea telefónica, no requiere ningún tipo de conocimiento informático.

Por otro lado, si la estafa es tipo ‘smishing’, es imprescindible un alto conocimiento informático , pues hay que preparar una Url que lleva a una web que es una réplica exacta de la web de una entidad bancaria que su vez está enlazada con una base de datos que almacena los datos que la víctima ingresa en el formulario, todo esto además hay que subirlo a un servidor, normalmente extranjero, suelen ser rusos, Nueva Zelanda y colombianos.

Pero, ¿cuál es la motivación que lleva a un joven a estafar a través de las redes sociales? El inspector Barcos asegura que lo más frecuente es llegar a contactar con la víctima por un móvil sexual o económico . Y recuerda que hoy en día hacemos la mayor parte de nuestra vida usando las redes sociales por lo que «es la vía más fácil para acceder a alguien , además de que estamos enganchados a estas redes y somos vulnerables ahi».

Con la pandemia, «se ha producido un incremento de la vida virtual, con todo lo que ello conlleva. Así como también en épocas comerciales como Navidad, Black Friday o rebajas que suelen incrementar el número de denuncias en días posteriores». En concreto, los estafadores no usan una red más que otra para cometer sus fechoría, añaden desde la Comisaría. De hecho, según Barcos, últimamente lo más usado es el denominado ‘smishing’, que se hace a traves de SMS, con la finalidad de conseguir los datos bancarios necesarios . Es una variante del ‘phising’ dirigida a la telefonia movil, ya que hoy en día todo el mundo tiene uno.

En cualquier caso, desde la Brigada de Policía Judicial se indica que se trata de «delitos muy globalizados y Córdoba es de las ciudades más seguras de España en la vida real y en la virtual». Los casos más graves se investigan por parte de la Brigada de la Policía Judicial y los menos por las Comisarías de Distrito. El comisario jefe de Córdoba, Carlos Serra, ha recordado a ABC por su parte que «apuesta por la lucha policial contra la ciberdelincuencia potenciando las unidades que trabajan para erradicar la delincuencia cibernetica».

El caso es que el aumento de estos delitos entre jóvenes puede ir a más si nadie lo remedia . «Esta situación va a ir a más por la combinación de factores que se han ido dando en la generación Z, posterior a la Millennial , la generación de 2010 y la que viene de 2020». Detrás de esta afirmación categórica está Fernando Alberca, filósofo, orientador, profesor de Educación y autor de betseller como ‘Todos los niños pueden ser Einstein’ , o ‘El Niño que venció a brujas y dragones’.

Sin embargo, aún hay esperanzas, se apresura a advertir Alberca en una entrevista con ABC, sólo hay que identificar esos factores que se meten en esa coctelera y que hacen que el joven pueda acabar de la peor forma posible. Este experto comienza a desglosar uno a uno esos factores que van desde la falta de autoestima a la pertenencia al grupo entre otros, que pueden desencadenar tanto en jóvenes víctimas de estafas en una red o, del otro lado, jóvenes que se convierten en delicuentes. Y como única fórmula para combatirlos está la educación.

Para Fernando Alberca, «tiene que haber líneas rojas. La apetencia impulsiva es hacer todo lo que me da la gana, pero el ser humano tiene que aprender que eso no es lo que quiere hacer. La generación anterior lo tenía muy claro, pero ahora las nuevas generaciones no distinguen el verbo querer del verbo apetecer , entonces creen que quieren lo que le apetece».

En este sentido, este especialista recuerda que «es importante saber que uno quiere estudiar pero no le apetece, eso tiene una salida fácil. Cuando nos convencemos de que lo que me apetece es lo bueno para mí, pues hago lo que me apetece». «Saber que por encima de uno está lo que uno cree que debe hacer . Es un principio que hemos perdido y es urgente que retomemos porque porque de lo contrario subirá el acoso escolar, subirán las estafas, la violencia o las adicciones» , apostilla.

La solución está en la educación y ésta se puede afrontar a cualquier edad, en niños pequeños hay mayor éxito, pero siempre se puede educar, no impositivamente, pero se puede conseguir que a alguien que no le satisface hacer las cosas bien, obtengan recompensa por hacerlo bien y reconducir la conducta , a base de eduación, paciencia y cariño», añade. Lo unico que está pasando, a juicio de este profesor, y que nos asombra a todos es que «la violencia es cada vez más cruda en quien no tiene problemas vitales», matiza este educador.

«La delincuencia es más extrema, no hay nada que perder, al no haber principios, no se valora la vida humana . Se llega más al extremo con menos causa, más desproporcionadamente. A veces sólo basta una mirada para desatar violencia en una persona. Lo veo cada día en la Universidad que me lo cuentan mis alumnos de lo que pasa en la calle. Hay más gente que no tiene límites en su cabeza», constata Fernando Alberca.

La solución siempre pasa por la educación. «Hay que llenar de principios familiares, no digo ya solo religosos o de costumbre en casa. El límite de enfadarse pero nunca llegar a las manos, por ejemplo, entre hermanos es fundamental. El establecer líneas rojas que no se pueden traspasar es vital para atajar estos casos», concluye.