Salvador Fuentes: «La Diputación de Córdoba no puede ser un cajero automático»

- Ha dicho que hay una solución inmediata para el agua del Norte pero dependiendo del resto de administraciones. En el mejor horizonte posible, ¿cuándo podrían volver a tener agua potable en sus casas?

-Si llueve estaríamos hablando de cuatro o cinco meses. Si llueve. Porque las actuaciones que se contemplan para la potabilizadora de Sierra Boyera son inminentes en una primera fase. La implicación de la Junta es total, no sólo en la red secundaria de La Colada, sino en lo que entendemos que había que esforzarse: crear una instalación en Sierra Boyera moderna, que no se ha tocado desde 1975. Será la gran potabilizadora del Norte. Si llueve, la mezcla de aguas de Sierra Boyera y La Colada se trataría de un modo muy eficaz en esa potabilizadora. Antes habría que declararlo de urgencia.

-¿Hay que descartar ya todos esos tratamientos de los que llevamos meses hablando: ozono, ósmosis, ultrafiltración...?

-Prácticamente. Las tres propuestas no dan salidas. El ozono, nada. La ultrafiltración no llegaba al umbral normativo y con la ósmosis se puede llegar pero sería muy cara, entre 5 ó 6 millones, con un periodo de instalación no inferior a un año, y un mantenimiento muy caro amén de una pérdida de agua del 30-40% y los residuos... No es viable en ningún aspecto.

-¿Y cómo es posible entonces que sus antecesores en la Diputación hablasen de una solución de meses con estos tratamientos?

-A sabiendas de que la ósmosis y la ultrafiltración eran desaladoras en toda regla, puede que quisieran ganar tiempo en la antesala de unas elecciones municipales. Emproacsa ha asumido el coste de la crisis del agua en el Norte. Cerraremos las cuentas con un sobrecoste de 5 millones. Estas propuestas que se lanzaron en su día creo que no son viables. Pudo ser una cortina de humo. Lo que sí echo de menos es no haber tomado decisiones cuando técnicos de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir apuntaron en 2022 como solución el trasvase de Puente Nuevo a Sierra Boyera, con presupuesto en el decreto de sequía del Gobierno. Eso era voluntad política y se podía hacer en mucho menos tiempo del que decían.

-¿Y cómo califica ahora que el PSOE, con Juan Espadas al frente, reivindique medidas que les competían, incluso ese trasvase que cita?

-Estudiar la hemeroteca, ver el grado de cumplimiento de la Junta de Andalucía con La Colada que la dejaron paralizada en 2008 y que se retoma con la llegada de Juanma Moreno. Tendrán que explicarse ellos. Se nos olvidó la sequía de 1995, no se actuó sobre ella. A partir de ahí, que venga el señor Espadas a reunirse con la plataforma que se ha creado y que pidan el trasvase desde la Serena de Badajoz, dice mucho de la poca claridad que tiene el PSOE en temas importantes. El agua no tiene que tener militancia, es un bien de primera necesidad. Las tuberías no votan y por eso nadie echa cuentas de ellas y hay muchas fugas. A cuatro años, sólo la red de la provincia necesitaría inversiones de hasta 30 millones de euros. Si a eso le añadimos las medidas estructurales de las que estamos hablando, podemos sobrevivir para el consumo y la actividad económica.

-Por orden entonces. Primero, cerrar con la Junta la financiación para la nueva potabilizadora de Sierra Boyera...

-Cuando los técnicos de Emproacsa y los de la Junta planteen un cronograma de actuaciones, inversiones y tiempos, se le presentará a los ciudadanos del Norte de la provincia. Yo no voy a estar compareciendo todos los días para no decir nada o hablando de manera demagógica. De forma transparente. Hay tres ejes centrales: potabilizadora de Sierra Boyera, red de La Colada y el trasvase de Puente Nuevo que se lo reclamaremos al Gobierno que sea. Ya hay un precedente de 1994 y no es ninguna barbaridad ese enlace. Y está el requerimiento que nos hizo la Confederación urgiéndonos un proyecto que luego se rechazó por razones políticas en Madrid.

-Y todo esto es contando que llueva. Pero, ¿si no llueve y tenemos otro otoño desastroso señor Fuentes?

-Si no llueve, no llueve para nadie y es una ruina para todos. Podemos perder hasta siete puntos de PIB en Andalucía y la situación es dramática. Iznájar está como está y en Córdoba estamos peor en capacidad total de reservas. Por eso el planteamiento de Juanma Moreno de llevar a la Unión Europea la catalogación de Andalucía como territorio excepcional para recibir fondos estructurales para recursos hídricos es fundamental y que se sume el Gobierno de España y las diputaciones y ayuntamientos.

-¿Esta crisis ha estado a punto de llevarse por delante a Emproacsa?

-Esperemos que sea sólo a punto. Pero no sólo la crisis del agua, sino cuestiones de gestión internas. La situación es delicada, igual que Epremasa. Tienen que funcionar mejor que lo que funcionan. He vivido situaciones muy lamentables de trabajadores de Emproacsa que se están dejando la piel y han sido incomprendidos en la zona. Desde la Diputación ni se les ha dado cobertura ni se ha explicado bien lo que se estaba haciendo. La labor de esos técnicos allí es encomiable. A Emproacsa, Epremasa y Eprinsa hay que dotarlas de musculatura.

-Es decir, subir las tasas del agua...

-Puede plantearse, pero antes tendré que explicar por qué. La subida que puedo plantear es muy responsable, pese a que no soy partidario. Tenemos que ser responsables, pagar el funcionamiento y las inversiones. Cuadrar las cuentas. La otra justificación es el uso responsable del agua. Una botella de un cuarto cuesta un euro. Un metro cúbico cuesta 0,3 céntimos desde que captas el agua hasta que llega al grifo. Eso no se puede costear y los cordobeses deben darse cuenta de que el gratis total no es posible. Debemos reflexionar sobre los usos de aguas residuales y ser más racionales con otros usos. No tenemos un concepto del agua realista, y ésta escasea.

-¿Cómo se ha encontrado la Diputación en estos cien días primeros?

-La Diputación no se puede concebir como un cajero automático. Tiene que aprovechar la economía de escalas para llegar a los ciudadanos con servicios básicos de calidad. Hasta la aldea más pequeña. Puede dar más de sí de lo que da. Tenemos que revisar las actuaciones que se plantean para que tengan más calidad. Aquí no podemos dar subvenciones como si fuera una barra libre. Va a haber unas prioridades para los próximos planes, orientados, por ejemplo, al agua: conducciones, tratamiento, etcétera. La recaudación sí la hace muy bien y adelanta a principios de año con anticipos esos fondos cubriendo gran parte de los gastos municipales. En la basura, incorporar a más pueblos. En las carreteras o caminos rurales, que tenemos muchos kilómetros y que conectan centros de producción agraria con pueblos y grandes corredores. O el Consorcio de Bomberos. O fijar la población al territorio y enlazar comarcas influyentes. Y la administración electrónica, es fundamental. Conexiones de Internet y wifi para que estos pueblos puedan acoger a gente para vivir y trabajar sin problemas.

-Habla de la administración electrónica y Eprinsa. ¿Puede dar servicio al Ayuntamiento de Córdoba, que ahora mismo está con la de Málaga?

-Se puede plantear. De eso se trata, de aprovechar las buenas aplicaciones que tiene Eprinsa y si fuera necesario hacerlo. Sea cual sea el color del gobierno de cada institución. Hay que trabajar en las sinergias.

-Un ejemplo es el traslado de ferias importantes de la Diputación al nuevo Centro de Exposiciones, Ferias y Convenciones de Córdoba...

-Totalmente. Es que la Diputación participa en ese centro y para eso se concibió. Torrijos es un gran palacio de congresos pero no es una 'vitrina' y necesitamos una caja diáfana para hacer ferias. Y el centro de Poniente tiene mucha capacidad y versatilidad: diecisiete espacios. Puede competir con Málaga y Sevilla.

-¿Qué va a pasar con el solar que sirve de aparcamiento a esta Casa; acogerá un edificio finalmente?

-Vamos a contextualizar ese espacio para el barrio desde el punto de vista urbanístico. Ahí otro edificio sería poco aconsejable ya que impactaría con una fachada que está catalogada. Intentaríamos que fuese un espacio polivalente en el entorno de Colón junto a nuestros usos. No nos planteamos otro edificio, no es necesario. Sí me planteo remodelar los Colegios Provinciales. No descarto volcar un presupuesto razonable para que en estos años hagamos de esa zona un gran centro administrativo de cara a la provincia, con un gran parking, conexión directa a la Ronda y pagar una deuda con el Parque Figueroa.

-¿Terminará algún día la 'guerra por su cuenta' que en turismo siempre lleva Diputación y el Ayuntamiento?

-Eso es un absurdo. En ello estamos trabajando el alcalde y yo. El paño es la provincia. La Mezquita-Catedral es el icono que nos sitúa a nivel mundial. Tenemos que ser inteligentes y dar a conocer la Mezquita y a partir de ahí, con todo lo que tenemos, distribuir todos nuestros activos. Bajando desde Córdoba a todos los pueblos. Por ejemplo, no hay vinculación entre Medina Azahara y el castillo de Almodóvar y casi se tocan. Y que quien venga a Medina Azahara, vaya a Almodóvar. La idea es ir a Fitur los dos juntos: ahorramos y todos vendernos.

-¿Qué cambios tiene en mente para poner la arquitectura interna de la Diputación?

-Estoy convencido de que las empresas van a jugar un papel fundamental por la gran labor que hacen. Hay que ampliar las inversiones. Colaborar con otras administraciones, quitar farragosidad. Ahora que hemos hablado de ferias comerciales, también va a cambiar. El concepto de feria lo tenemos que superar, no podemos ir para que acabe en un festejo. Si no hay negocio, no tiene sentido tanta feria.

-¿Estaría dispuesto a replantearse algunas ferias?

-Vamos a replantear algunas para darle otro enfoque. Por ejemplo, estuve en Valencia con los empresarios del mueble de Lucena que saben muy bien lo que quieren, pues hay que estar con ellos para seguir abriendo mercado. Y lo haremos con los que sepan lo que quieren, pero que detrás haya oportunidades. Y eso pasará también con el turismo, ir a las ferias competitivas.

-Vuelve al tema turístico y al negocio, y ahora empieza a haber interés de las compañías aéreas en volar a Córdoba. ¿La Diputación estaría dispuesta a apoyar los planes de alguna como ocurre en otros lugares?

-Siempre y cuando la cuenta de resultados sea justificable. Apoyar por apoyar un servicio deficitario, no. Nosotros estuvimos en la Mesa del Aeropuerto y todo lo que sea conectarnos con lugares que nos ayuden a expandir la provincia, que a nadie le quepa la menor duda.

-La relación entre Vox y el PP en el último tramo electoral es una montaña rusa de tensión. Usted necesita aquí el voto de Vox para sacar adelante presupuestos, ordenanzas fiscales y temas importantes. ¿Cree que puede convertirse en un escollo como pasó en Capitulares?

-Necesito el apoyo de todos y quiero gobernar con todos, incluyendo a PSOE e IU, al igual que Vox. Ahora mismo la actuación de Vox en la Diputación de Córdoba está llena de sentido común. No he hablado una cosa con la portavoz de Vox que no haya resuelto con sentido común, me lo está demostrando. Hay muchas cosas que nos unen y vamos a trabajar en ellas. Y otras en las que vamos a discrepar.

-Usted ya pasó por el Palacio de la Merced y su gobierno entre 2011 y 2015, ¿quién ha cambiado más desde entonces, la Diputación o usted?

-La Diputación. Yo he cambiado y evolucionado, la experiencia es un grado. Las cosas se encaran de otra manera y los problemas se resuelven con más tranquilidad. En cualquier caso, esta Diputación la he visto menguada, y tiene que tener un papel más grande del que tiene. Hace muchas cosas y no se ven. Aquí hay muchos técnicos que se dejan el alma trabajando en todos los ámbitos. Se está dotando a los pueblos de equipamientos muy importantes y no se ve y no se valora. O el manto social que proporciona.

-¿Por qué cree que ha sucedido?

-Creo que ha sido falta de atención, indolencia y no creer en esta institución, que tiene su sentido. Está infravalorada y es injusto, sea el partido que sea el que gobierne.