Relato de un saqueo

Hasta aquí, todo lo que han leído pertenece al relato judicial de un saqueo millonario que tanto el Ministerio Público como la investigación judicial, apoyada en las diligencias policiales, arman sobre la base de unas pruebas que tendrán que demostrarse el día que comience el juicio y abatir, en todo caso, la presunción de inocencia que a día de hoy sigue prevaleciendo para el señor León.

ABC ha venido informando durante años, en exclusiva y de manera detallada, de todo este paupérrimo y grotesco episodio de la historia de un club fatalista, al que las sombras siempre le acaban atrapando a la vuelta de la esquina como un manirroto juguete. El denodado trabajo de dos periodistas de este periódico como Pilar García-Baquero y Javier Gómez, no exento de amenazas veladas y explícitas, permite hoy conocer unos hechos gravísimos que hablan muy a las claras de la putrefacción del negocio futbolístico, cada vez más ensimismado en sus resortes mercantilistas y menos en sus valores deportivos y morales, pese al tremendo eco que tiene sobre los niños.

El saqueo económico del Córdoba CF, que aún sigue investigándose en otras causas más abiertas (recuérdese que León suma peticiones de prisión por casi 19 años de la Fiscalía en tres procesos penales más las reclamaciones por el concurso de acreedores calificado de culpable), y que también atañen a otros personajes de infausto recuerdo al mando de la entidad como Carlos González, está por dirimirse en una sentencia que habrá de ser firme, lo cual significará años de espera todavía -ni que decir tiene que el dinero no volverá-. Pero el latrocinio emocional con la afición blanquiverde ha sido descomunal y nunca tendrá reparación posible. Ni siquiera en la prueba irrefutable de aprender de los errores con aquellos genios de la lámpara maravillosa que aparecen una mañana cualquiera prometiendo sueños con las patas muy cortas y el saco muy profundo.