El PSOE de Córdoba perfila a Hurtado como candidato oficialista a las primarias

La segunda parte es menos conocida. En los partidos actuales, la política se hace en los canales de Whatsapp, de Telegram. Grupos de mensajería donde, protegidos por la privacidad punto a punto, se dejan caer mensajes internos para dar a conocer de qué pie se cojea. Y los personajes clave de la actual dirección cojean hacia Antonio Hurtado por perfil, preparación, voluntad y todas estas cuestiones. Si se ponen las urnas, Antonio Hurtado tiene mucho ganado.

Qué ha llevado al partido a apostar por Hurtado tan simbólicamente solo puede tener una explicación razonable: la famosa encuesta del PSOE. Los socialistas han encargado un sondeo sobre perfiles electorales. El diputado lleva 28 años prácticamente ininterrumpidos enlazando cargos de mayor o menor importancia dentro de la estructura de las administraciones. Y eso, obligatoriamente tiene que dar grado de conocimiento popular que es la base sobre la que se cimenta el voto. Rara vez se vota a alcalde a quien no se conoce de nada. Todos los nombres que se escuchan en el PSOE, salvo Hurtado, son los de personas con muy poco perfil público.

Nacido en 1961, Antonio Hurtado fue nombrado delegado de Economía y Hacienda, su primer cargo por designación, en 1994. Aunque su actual perfil es de un activista LGTBI, la realidad es que en aquellos tiempos era el de un economista, un experto con ideas. Venía de la jefatura técnica de los asuntos económicos de la Diputación provincial de Córdoba. Se hizo popular por las pajaritas que utilizaba frente a las habituales corbatas. Y fue un digno vendedor del euro, la moneda única, en unos años donde el departamento económico de la Junta era el cañón Bertha contra la Cajasur de la Iglesia.

Hurtado tuvo un paso relevante por el Ayuntamiento en el mandato 2003-2007 cuando se hizo cargo de la portavocía que dejó vacante José Mellado, quien pasó a ser director general de la Junta. Y dotó al PSOE de unos bríos desconocidos en el control de la gestión urbanística. Fue el azote de Rosa Aguilar gracias a un grupo municipal que tenía el respaldo de un hombre con el Ayuntamiento en la cabeza, el actual presidente del Consejo del Movimiento Ciudadano, el exconcejal Juan Andrés de Gracia. Fue el PSOE quien le cortó las alas, cerró cualquier acción punitiva contra IU y optó por Rafael Blanco en las municipales de 2007.

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No hay que llamarse a engaño. Antonio Hurtado tiene muy pocas posibilidades de convertirse en el candidato más votado en la capital o en tejer alianzas de izquierdas que suman quince escaños. El PP está fuerte y la opción de llegar a un acuerdo con Vox es la que es, cierta. Pero los resultados electorales de la capital son claves para el PSOE por una razón. Son básicos para la Diputación provincial. Los socialistas no se pueden permitir perder la institución que es su reserva espiritual de occidente, su fuente de ingresos y su gran tablero de liberaciones.

Lo que el PSOE está buscando no es un candidato a la Alcaldía sino un candidato a la Alcaldía que le sostenga la Diputación. Que eso pase con primarias o sin primarias dependerá de que haya más personas dispuestas a tirar de estatutos y que se pongan las urnas.