Hasta entonces, y según las mismas fuentes, monseñor Demetrio Fernández ejercerá las veces de administrador diocesano, aunque a partir de este jueves con su renuncia oficial y el nombramiento de su sucesor pasará a ser obispo emérito de Córdoba (el segundo junto a Infantes Florido).
No se espera que en este tiempo hasta la toma de posesión del nuevo prelado haya que tomar ninguna decisión importante sobre la diócesis, de ahí que no se use el procedimiento establecido para la elección de administrador diocesano: bien designado por el propio Vaticano, bien por el consejo episcopal correspondiente. Vías empleadas cuando se prolonga más en el tiempo el nombramiento del nuevo obispo.
Este jueves a las 12.00 horas se ha convocado en el Obispado un consejo extraordinario presbiterial en el que Demetrio Fernández informará a sus integrantes del relevo y los pormenores del mismo. Justo a la misma vez que lo hará oficial la Santa Sede y la propia Conferencia Episcopal española (CEE).
A comienzos de esta semana empezó a extenderse el «inminente» nombramiento del sucesor de monseñor Fernández toda vez que había presentado su renuncia formal el 15 de febrero al cumplir los 75 años. Ha estado 15 años como prelado de Córdoba, uno de los más largos de la reciente historia.
Comienza ahora un tiempo en la diócesis de expectación de cara al nuevo perfil del obispo entrante, que ha pasado siete años como auxiliar de Santiago de Compostela y casi cinco al frente de la diócesis de Astorga, y tras un largo periplo por diversas poblaciones leonesas y los seminarios y centros de estudios de esta provincia. En marzo de 2024 fue designado como responsable de las Cáritas de España y presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social de la CEE.
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