La manifestación contra la violencia machista en Córdoba, un grito por la educación en igualdad

Lo hicieron en un cortejo con muchos colores políticos, pero en la práctica uniformado en el morado, el tono del movimiento feminista, y el rojo de los chalecos identificativos que repartió la Diputación Provincial de Córdoba.

Si el 25 de noviembre es el día señalado para la lucha contra la violencia que padecen las mujeres de manos de sus parejas o de quienes lo han sido, y también para recordar a quienes cayeron asesinadas, el tono de la cabeza de la manifestación no podía ser más que alegre.

Noticia Relacionada

Fotos: la concurrida manifestación contra la violencia machista en Córdoba

Valerio Merino

Más de 3.000 personas acuden a la concentración para unir en la lucha contra los malos tratos

Allí se habían situado decenas de niños llegados de distintos puntos de Córdoba, que lucharon contra la violencia a su manera: «Acabar con el machismo con mucho meneo». O bien, y en esto se les sumaron las adultas, también: «Ante la ola machista, tsunami feminista».

El mensaje de los más pequeños tenía que ser necesariamente más positivo que negativo, que tiempo tendrán para adentrarse en las tinieblas humanas, si es que les toca. Por eso prometían buen trato, en lugar del maltrato.

Hubo representantes políticos, pero no iban en cabeza de la manifestación, junto a la pancarta principal, sino en el grueso de los asistentes que marchaban desde la Subdelegación del Gobierno hasta los Jardines del Presidente Adolfo Suárez, en el Vial Norte.

Allí estaban el alcalde de Córdoba, José María Bellido, o el presidente de la Diputación Provincial, Salvador Fuentes. También fundidas entre las asistentes había representantes del PSOE, como la diputada Rafaela Crespín.

Fue la Plataforma Cordobesa contra la Violencia hacia las Mujeres quien encabezó la marcha y llevó la voz cantante. Su presidenta, Elena Vega, explicó que si había que acudir a la manifestación era precisamente «porque la violencia de género existe». Y no era una tautología, ya que con eso quería expresar que hay en las redes sociales personas que la cuestionan o incluso la niegan. Ante eso exhibió las cifras, que dicen que desde el 25 de noviembre de 2022 han muerto a manos de sus parejas o exparejas 88 mujeres, y eso quiere decir que sigue habiendo deficiencias. «Es necesario disponer recursos para las víctimas», resumió.

Noticia Relacionada

Las mujeres en riesgo alto o extremo por maltrato se disparan un 58% el último año en Córdoba

Davinia Delgado

El total de víctimas que actualmente cuentan con un seguimiento policial casi constante roza la treintena

Según Elena Vega, el 70 por ciento de las víctimas «no denuncia porque no se espera que las instituciones le protejan». Por eso insistan en que «se cumpla la ley, haya recursos y una mujer pueda salir de esa situación».

La manifestación de ayer también se dirigía a la juventud, para que haya una «educación en la igualdad, desde las escuelas». No sólo allí se educa, sino que la sociedad en su conjunto ofrece una serie de modelos y de comportamientos que después permean a las capas más jóvenes. «Tenemos que desarrollar medidas que se implanten en todos los sectores de la sociedad, para que esté libre de violencias y luche por la igualdad», insistió.

En los últimos tiempos, además, se han dado menos denuncias, y según la presidenta de la plataforma ello se debe a los fenómenos de «negación, ese cuestionamiento constante, como cuando se dice que, por ejemplo, hay un divorcio duro, o se habla de violencia intrafamiliar». «Tenemos que ver el papel de las redes sociales y de la pornografía, donde reciben esa educación sexual», resumió.

La tarde iba cayendo en Córdoba mientras la manifestación se ponía en marcha y aparecían los nombres de muchos pueblos de la provincia que se habían sumado, desde Hinojosa y Aguilar hasta Fernán Núñez. Entre las pancartas llamaba la atención la que proclamaba que Córdoba estaba «con las mujeres de Palestina», sin aclarar si padecían a manos de la bandera blanca, roja, verde y negra que ondeaba en la pancarta o bien por parte de la estrella de David que no estaba.

Algunas otras hacían referencia a los objetivos de los próximos años: «Si nos educan iguales, seremos iguales». Había quien recordaba a las que habían muerto en los últimos años, asegurando que luchan «por las que ya no pueden luchar». No se vieron demasiadas referencias a la mujer asesinada de un disparo de su exmarido el pasado agosto en Pozoblanco, pero sí contra la violencia obstétrica.

«Ni una menos», decía otra. El número siempre como una cuenta siniestra que nunca deja de crecer, se tenga que hacer por años o por década.