El alcalde de Lucena, Aurelio Fernández, y el párroco de la iglesia del Carmen, Eugenio Bujalance, fueron los encargados de cortar los primeros trozos del suculento roscón, que este año vuelve a alcanzar una longitud de 120 metros de largo y 750 kilos de peso.
El dulce ha sido elaborado, un año más, por la panadería y confitería Nuestra Señora de Araceli, que ha empleado en su elaboración 180 kilos de harina, 150 docenas de huevos, 50 kilos de nata, 50 de fruta confitada y otros tantos de crema pastelera, 80 kilos de azúcar, 20 kilos de mantequilla o 25 litros de zumo de naranja, entre otros ingredientes.
En total 5.000 porciones de roscón, en el que trabajaron una decena de personas durante unas doce horas de forma ininterrumpida, y que, junto a cafés y batidos, se fueron distribuyendo a lo largo de la tarde a cambio de un donativo de 1,5 euros, que este año se destinan al proyecto de obras de restauración en ejecución en el templo carmelita lucentino, iniciadas el pasado 17 de julio y que ya se acercan a su final, estando prevista su reapertura el próximo 8 de febrero.
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