PASAR EL RATO
Poesía del sanchismo
¿Creéis en Pedro Sánchez todopoderoso, irrepetible, inimitable, inigualable, inalcanzable, inacabable, de quien os vienen todos los bienes?
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Iniciar sesión¿Qué tengo yo que mi amistad procuras?, pregunta Pedro Sánchez, experto también en Lope de Vega, a su amada, a su hermano, a sus ministros, a sus votantes. ¿Cómo no arrimarnos a ti, cómo no llevarte siempre en el pensamiento, si eres « ... Apolo, el que hiere de lejos, a quien temen los mismos dioses cuando anda por la morada de Zeus»?, responden los ministros, a quienes Óscar Puente recita los Himnos de Homero cuando cae la tarde sobre la Moncloa. Tú eres el todo, tú eres «amistad verdadera, claro espejo / en donde la ilusión se mira», los votantes cautivos prefieren a Juan Ramón Jiménez. «Nada tengo sin ti, sólo una lenta / comunidad de sombra en la mirada», la dulce Begoña, más culta porque es catedrática, combina a Luis Rosales con el Lope del marido, a la poesía por la vicaría: «Pastor que con tus silbos amorosos / me despertaste del profundo sueño». El hermano calla, porque está en Portugal leyendo a Pessoa, que no tributa por patrimonio. Habéis conseguido emocionarme hasta la lágrima, compañeros, a mí, que tengo sangre de pez. Ahora, para celebrar que todos somos uno en mi persona, renovemos juntos las promesas del sanchismo: -¿Creéis en Pedro Sánchez todopoderoso, irrepetible, inimitable, inigualable, inalcanzable, inacabable, de quien os vienen todos los bienes? -Sí, creemos. -¿Creéis en su sinceridad, en su eficacia, en su buena voluntad, en su humildad, en su doctorado en Economía? -Sí, creemos. -¿Creéis que su esposa, discreta como una sauna, y su hermano, de quien aprendieron a cantar las sirenas, son inocentes? -Sí, creemos. -¿Renunciáis al PP, a Vox, al juez Peinado, a la Sala Segunda del Tribunal Supremo, a la UCO y a la prensa de derechas? -Sí, renunciamos. -¿Os ciscáis en sus declaraciones, en sus sentencias, en sus autos, en sus informes, en sus editoriales? -Sí, nos ciscamos. -¿Ayudaréis a que vuestro señor gobierne España sin Presupuestos Generales del Estado, sin separación de poderes, sin unidad nacional, sin seguridad, sin igualdad, sin libertad y sin dignidad? -Sí, ayudaremos. -Y antes de que os bendiga, ¿quién decís vosotros que soy yo? -Tú eres el puto amo, el puto número uno, el puto señor de la historia, el puto más puto de todos los putos. -Pues que así siga siendo por los siglos de los siglos. Para terminar, unid vuestras manos, cerrad vuestros ojos, callad vuestras bocas, y dejad que la ministra de Hacienda os despoje de los últimos restos de dinero y de humanidad mediante el impuesto de sumisión, que acaba de ocurrírseme mientras rezábamos. Yo, el supremo, tengo muchos gastos familiares.
Si quieres saber mi opinión, admirado y sonriente José Luis -y me dirijo a ti en particular porque te considero mucho más miserable que yo, tómalo como un elogio-, a esta España de hoy le falta sangre.
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