José Carlos Ruiz, filósofo: «Saber elegir es hoy en día el desafío más complicado que tenemos»

Esta misma semana sale a la luz su séptimo trabajo: 'Incompletos. Filosofía para un pensamiento elegante'. Nos espera en una céntrica cafetería con una taza de infusión y un bolígrafo tomando notas.

«Nos sentimos cada vez más incompletos», asegura en relación al título de su nueva obra. «Yo hago una propuesta de posibles soluciones que tengan que ver con la elegancia, que aquí entiendo como la posibilidad de saber elegir en un siglo como el nuestro, donde las opciones son amplísimas».

Ese, en su opinión, es uno de los desafíos contemporáneos. Saber qué descartar y dónde centrar nuestra atención. «Hoy día es lo más complicado que hay», subraya José Carlos Ruiz, profesor de Filosofía de la Universidad de Córdoba.

«Seleccionar a una pareja para pasar la vida, seleccionar un código moral, seleccionar dónde pones la atención, cuánto tiempo y cómo la sostienes. El criterio de selección se ha convertido en un elemento básico para construir un proceso de identidad. En un mundo digitalizado, si no tienes el control de la selección, será lo digital quien te diga qué tienes que elegir».

-Y usted ayuda a elegir.

-No. Yo ayudo a pensar cómo elegir.

Por eso, precisamente, pone especial énfasis en la pedagogía. Hay que educar a los niños a comprender las nuevas tecnologías. «Yo reclamo la necesidad de una asignatura de pensamiento crítico visual. Vamos a enseñar a entender las pantallas. Me interesa que el sujeto tenga la capacidad de comprender cómo se configuran esas nuevas narrativas».

Pero advierte. «Yo no demonizo las redes. Es una manera más de vivir». El problema viene cuando la gente se aproxima a las redes sociales sin criterio. Es entonces cuando el sujeto pierde su capacidad de elección.

José Carlos Ruiz contrapone el sujeto elegante frente al sujeto hipermoderno. «Yo hablo en el libro del dandi, que era una persona que tenía la capacidad de expresarse elegantemente y con buenos modales. La elegancia implica la aceptación del otro. La integración de la mirada del otro. Y eso se está perdiendo». El individuo elegante, según su punto de vista, es contenido y equilibrado, que no necesita airear a los cuatro vientos su felicidad o su tristeza.

En ese sentido, enfrenta la elegancia contra la cultura de la exhibición propia de las redes sociales. «Es la pérdida de la intimidad», argumenta. Al sujeto hipermoderno, lo privado no le interesa porque no se puede exhibir salvo que lo íntimo se convierta en elemento de «cotización de su yo». Con todo, internet visibiliza solo una parte de la población. «Hay mucha gente fuera del mundo de la pantalla, que configura una identidad estable y equilibrada. Sin duda que las redes constituyen el entramado mediático, pero no creo que representen la realidad».

En el mundo contemporáneo, las categorías están mutando. Y pone un ejemplo. Antes cada uno tenía su propio concepto del bien. Y la categoría del bien era distinta en un pueblo o en una ciudad.

«Eso enriquecía y ampliaba la categoría del bien. Hoy el sujeto hipermoderno, que interioriza una visión más uniforme de la vida, tiene un concepto del bien «impregnado de su propia experiencia» y no admite más allá. «Hay, por lo tanto, un estrechamiento de las categorías».

Las narrativas de las redes han homogeneizado el modo de expresarlas y se tiende a la uniformidad. «Cada vez es más difícil encontrar la identidad o la singularidad», sostiene José Carlos Ruiz.

Según el concepto que maneja el profesor de la Universidad de Córdoba, la hipermodernidad es la eclosión del neoliberalismo como forma de vida y no solo de relaciones económicas. «Es el posmodernismo en su máxima expresión». Y pone otro ejemplo. El sujeto hipermoderno cuando hace la lista de la compra estudia qué alimento es mejor, qué dieta debe seguir y qué aplicación de calorías debe usar.

«Está en esa lógica de querer siempre tomar la mejor decisión posible para cualquier cosa. Y esa actitud provoca un cansancio extremo y un proceso de ansiedad». No es extraño, sugiere el autor, que España encabece el ranking de países en consumo de ansiolíticos en todo el mundo.

Esta nueva obra, editada por Destino, del Grupo Planeta, recupera algunos temas que tuvo que dejar fuera de su anterior trabajo, 'Filosofía ante el desánimo'. José Carlos Ruiz maneja nuevas nociones, como la de «posfelicidad», que constituye un cambio de categoría que el «indigente mental» persigue en la actualidad.

La felicidad clásica, reflexiona el autor, era una consecuencia de una vida virtuosa. Tras la globalización, se ha erigido en un objetivo vital en sí mismo y así se evidencia en la proliferación de los libros de autoayuda en los últimos 20 años.

En todo caso, José Carlos Ruiz se proclama un filósofo optimista. «Estamos mejor preparados que nunca y en el mejor momento de nuestra historia. Jamás hemos vivido tan bien ni tenido tantas opciones como ahora».