Daza Valdés

Nació en Córdoba en 1591, siendo su padre el platero Lucas Valdés, que fue aprobador del arte de la platería, y su madre Elvira Daza —utilizó como primer apellido el de su madre— y fue bautizado en la iglesia del Sagrario. Estudió con un tío suyo canónigo de San Hipólito y más tarde pasó a la universidad de Sevilla donde cursó Artes y Teología y fijó su residencia en dicha ciudad donde fue notario del Santo Oficio. En 1623, hace algo más de cuatrocientos años, dio a la estampa un curioso y pionero libro titulado 'Uso de los anteojos para todo género de vistas: en que se enseña a conocer los grados que a cada uno le faltan de su vista y los que tienen cualesquier anteojos y así mismo a que tiempo se han de usar, y como se pedirán en ausencia, con otros avisos importantes, a la utilidad y conservación de la vista'. Esta obra está considerada el primer tratado de óptica fisiológica del mundo. En el 'Uso de los anteojos', como popularmente se conoce la obra hizo la primera descripción de la hipermetropía y sistematizó la prescripción de gafas para mejorar la visión, a la vez que señaló, muy acertadamente, que las gafas, entonces llamados anteojos, sólo servían para mejorar la visión, pero en modo alguno podían sanar patologías oculares. Dedicó su obra a la Virgen de Fuensanta, patrona de Córdoba, de la que era gran devoto porque, según dice en el prólogo «estando tullido de edad de seis años, implorando vuestro auxilio, me disteis milagrosa salud».

Hace ya años, en 1967, siendo alcalde Antonio Cruz-Conde, a quien la ciudad tanto le debe, el Ayuntamiento de Córdoba reconoció su importancia y aprobó la colocación de una lápida en la fachada de su casa, en la calle de Céspedes, cerca de la Catedral, donde se decía: «En la casa de este solar nació en 1591 el Licenciado Benito Daza Valdés, autor de 'El uso de los anteojos'». Fue el primer libro sobre lentes publicado en el mundo (1623). Una pequeña calle en la ciudad que le vio nacer lleva su nombre. En la facultad de Farmacia de la universidad de Sevilla hay una cátedra de optometrías que lleva el nombre de Daza Valdés. También en la antigua facultad de Medicina de la universidad de Zaragoza, un medallón con un busto que lo representa está dedicado a Daza.