El Guadalquivir se seca y el nivel del río por Córdoba está entre los peores de la década

Esta potente ‘fotografía’ se debe, según señalaron ayer a ABC fuentes de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), a «la escasez o ausencia de lluvias que está sufriendo nuestra cuenca desde el pasado mes de mayo». «Las escasas precipitaciones registradas no han sido suficientes para generar escorrentía. La práctica totalidad del agua de lluvia ha sido absorbida por el terreno, por lo que no ha llegado a los cauces», señalaron estos interlocutores.

Los indicadores que ofrece la Confederación en su web del Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH) confirman lo extraordinario de la situación.

En su estación del azud de Alcolea, a fecha del día 16 de octubre, el dato medio diario de esa jornada en metros de lámina de agua (m.l.a.) -es el nivel del líquido elemento medido respecto a una cota de referencia- fue de -1,76. Es la cuarta cifra más baja de la última década. Eso sí, desde la Confederación se puntualiza que actualmente, debido a unas obras que se están realizando en la desembocadura del río Guadalmellato, dicho azud (una pequeña represa) tiene abiertas las compuertas de fondo para que toda el agua que le llega pase por éstas. Ello influye en los valores negativos.

El peor indicador se registró hasta ahora el día 10 del presente mes, cuando la lámina de agua del Guadalquivir a su paso por este punto quedó en -1,91. Y no son indicadores puntuales, ni muchísimo menos.

Entre los diez peores datos de los últimos diez ejercicios, nueve corresponden al presente mes. Y completaba la lista, en la décima posición, el indicador del 30 de septiembre.

Para comprobar cómo ha ido menguando el Guadalquivir a su paso por este punto, sólo hay que echar la vista atrás. El 16 de octubre de 2021 (hace exactamente un año), el dato de la lámina de agua aún se encontraba en positivo: 0,34. En 2020 (para la misma fecha), era inferior (0,28) pero seguía estando lejos de los niveles que se registran actualmente.

Con mucha más fuerza se mostraba el río hace tres años, cuando su indicador medio fue (siempre para la jornada de referencia) de 1,16. Y hace una década ese termómetro del nivel del río rozaba los dos metros de lámina de agua.

El semáforo del m.l.a. en Alcolea viene arrojando de forma ininterrumpida saldo negativo desde el 21 de julio de 2022. Para esa fecha, el indicador fue del -0,32.

En la otra estación que tiene la Confederación para el SAIH en Córdoba, la de Casillas, los datos también arrojan una situación anómala aunque no tan intensa como la reflejada por la de Alcolea. Cuatro jornadas del presente mes se sitúan, dentro de la última década, entre las 20 en las que con mayor dificultad avanzó el río a esta altura. Fueron las del día 5 (octavo peor dato, con -0,388 de media en esa jornada), 4 (décimo indicador más bajo y -0,387); 6 (duodécimo y -0386); y 11 (vigésimo y -0,378).

Eso sí, el momento en el que más escasez de agua se dio en este punto del Guadalquivir fue en una jornada de noviembre de 2014 cuando la ratio del m.l.a. se situó en -0,59.

El termómetro de Casillas certifica cómo se va evaporando el río con este prolongado escenario de sequía. Este 16 de octubre la lámina estaba en -0.361 y hace un año en -0,005. Sin embargo, si se retrocedían otros 365 días en el tiempo, se podía apreciar un nivel mucho mejor: +0,15. No era tan bueno el registrado una década antes (+0,08).

El secretario general de Asaja-Córdoba, Rafael Navas, señalaba ayer que ese nivel tan bajo del río obedece a un doble factor. «Si no se desembalsa, los ríos no llevan agua si no llueve». Y recordó que en la cuenca del Guadalquivir desde «el 1 de octubre no hay desembalse para riego [agrícola], y eso se deja sentir al paso del río por Córdoba».

«Sólo hay previsto un pequeño desembalse para riego de 20 hectómetros cúbicos para emergencias en algún cultivo o para quienes no hayan agotado la dotación que tenían asignada. Es poquísima agua. Sólo hay que ver que La Breña tiene ochocientos y pico hectómetros cúbicos y se van a soltar en toda la cuenca 20», explicó Navas, para luego añadir que la Confederación desembalsa, además, «un poco de agua para garantizar un caudal ecológico mínimo».

Navas recordó que la estampa presente del Puente Romano desnudo de agua era habitual hace décadas, cuando no había la dotación de pantanos existente en la actualidad. «Cuando dejaba de llover en abril o mayo y hasta octubre, el Guadalquivir iba seco, se cruzaba andando. Eso es lo que sucedía hasta que se construyeron esos pantanos, que se hicieron por los agricultores», apuntó.

El secretario general de Asaja-Córdoba expuso que, en medio de este escenario, lo que puede «cambiar el panorama» es la llegada de lluvias. Esas precipitaciones no terminan de otearse en el horizonte de la capital, pese a que el otoño encara la recta final de su primer mes. Según las predicciones de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), las previsiones de lluvia en la ciudad serán, con la excepción del día de hoy en que está descartado que haya que coger el paraguas, esta semana como máximo del 65%. Probabilidad prevista para la jornada del domingo.

Si se acude al conocido portal meteorológico weather.com, que ofrece un calendario más extenso de predicciones (hasta final de mes), tampoco se atisba la lluvia. Para la semana de la que no da datos aún la Aemet, weather.com detecta el día con más posibilidades de precipitaciones en el 24 de octubre, con un 56% y un escenario de chubascos matinales.