La Base Logística del Ejército y el aeropuerto de Córdoba despegan

La Base Logística acaba el año con una gran noticia. Las obras de urbanización de la instalación militar han empezado gracias al primer contrato de 25 millones en el que participa la empresa cordobesa Sepisur. En apenas tres años, que es un plazo corto para este tipo de proyectos, las administraciones han liderado todas las gestiones que había que realizar para iniciar las actuaciones.

Y no eran pocas. Había que adecuar un plan urbanístico, el de La Rinconada, a los nuevos objetivos que eran tanto civiles como militares. Era preciso realizar un reparto de suelo que contentase a una mayoría de propietarios de la zona, cosa que se ha logrado pero no a satisfacción total (ya hay recursos en los tribunales sobre el reparto). El Ejército de Tierra tenía que recibir los fondos municipales comprometidos y la parcela de 85 hectáreas que estaba prevista. Y todo ello con administraciones gobernadas por el PP y el PSOE-Unidas Podemos (o Sumar) más sus apoyos parlamentarios, que no son lo que se dice amigables con los intereses militares.

La campana sonó en diciembre con el último trámite, la transmisión de la parcela y el proyecto de urbanización de los suelos logísticos. La determinación abre una espita de cientos de millones de euros que se van a invertir en la zona en los próximos años sin que haya ni un ápice de exageración en esa frase. La Base cuesta unos 360 millones. Solamente urbanizar, no edificar, el sector logístico asciende a 32 millones de euros con proyectos de conexiones exteriores que suman decenas de millones de euros.

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Para la ciudad de Córdoba, la Base Logística del Ejército de Tierra constituye una posibilidad real de reindustrialización, que es la pata que nunca ha funcionado. La economía cordobesa dispone de sector agrario y de servicios pero su peso industrial es muy pequeño. La Base ha abierto una nueva realidad por medio de las empresas que pretenden implantarse en Córdoba con el objetivo de participar en un sector logístico animado y en la política de adquisiciones. Y aquí es donde se están produciendo las primeras noticias.

Escribano Mechanical and Engineering es la primera firma industrial fuerte del sector de la defensa que ha anunciado que pone en marcha una línea de producción en Córdoba. La sociedad adquirió las antiguas instalaciones de Silos, en Rabanales 21, con el objetivo de montar su fábrica. Producirá un lanzacohetes de patente israelí tras conseguir un contrato del Ejército para proveer a sus unidades operativas que suma unos 700 millones de euros, aproximadamente. Dado el sector donde se mueve, Escribano (que participa accionariamente en Indra y tiene un fundador ligado al municipio de El Carpio). El lanzacohetes se llama Silam y está basado en la alta movilidad dentro de los teatros de operaciones.

El aeropuerto, por su parte, también ha tenido noticias. Un avión en un aeropuerto no debería ser nada particular. Pero en Córdoba lo es. El aeródromo de la ciudad vivió una jornada casi festiva con el primer vuelo internacional conocido, ligado a una empresa que organiza viajes organizados y operado por Czech Airlines. La empresa promotora del vuelo, Mapatours, vendió 188 viajes (billete de avión más estancia) llenando un Airbus que protagonizó la extraña imagen de un aeropuerto usado para lo que se tiene que usar un aeropuerto.

La realidad es que AENA ha trabajado para que no se le pueda reprochar que el aeródromo no cuenta con todos los condicionamientos para que nadie diga que no puede operar en él por razones de seguridad. La entidad propietaria de los aeropuertos civiles españoles -al menos, de la mayoría de ellos y de los más importantes- ha aprobado los procedimientos operativos y ha contratado con la empresa Saerco el desarrollo del sistema AFIS, que es el que permite volar con seguridad: el controlador de los aeropuertos más pobres.

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En el supuesto concreto de que exista un crecimiento del tráfico que no está previsto, AENA informó a las empresas interesadas que entraría en el sistema habitual de controladores. Pero para que ocurra eso tiene que pasar una verdadera revolución. Algo más tangible que un vuelo charter pese a las mejoras que se están realizando en las instalaciones. Un ejemplo de ello es que se van a gastar 2,2 millones en la nueva terminal que contará con control de pasaportes (necesarios para los ciudadanos que vengan de países del acuerdo de Schengen) en el supuesto de que haya tales viajeros.

AENA y las autoridades reconocen que se ha incrementado el interés de las aerolíneas por volar desde o a Córdoba. Y es que ahora existe un nuevo segmento que es el de las empresas que están usando aeródromos pequeños, con menos costes y bien comunicados con otros medios de transporte para organizar sus líneas.