perdonen las molestias
Estanques (secos)
Los depósitos del Balcón del Guadalquivir llevan vacíos desde su construcción, hace ya 18 años y 10 meses
Montero y Belarra, qué tabarra
Julio Romero y el manchurrón
Córdoba
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Iniciar sesiónImaginen que en los tres estanques (secos) del Balcón del Guadalquivir hubiera un bosquecillo de árboles de sombra. De tal forma que cuando caigan bolas de fuego del cielo, las criaturitas que vayan a comprar toallas y fundas de móviles al centro comercial del Arcángel ... no se desplomen deshidratadas sobre el granito. Imaginen también que el bosquecillo de árboles de sombra rebaja la temperatura tres grados centígrados. Que no es moco de pavo, oiga, teniendo en cuenta que nos encontramos en primera línea de frente del calentamiento global.
Los tres estanques del Balcón del Guadalquivir llevan secos desde el día siguiente de su construcción. Semana arriba, semana abajo. Y de eso hace ya 18 años y 10 meses. Que se dice pronto. Queremos creer que fueron concebidos como láminas de agua cristalina que descendían en cascada hacia el río más grande de Andalucía. De hecho, se veían las garcillas posadas sobre sus bordes en las tardes suaves de primavera. Pero pronto supimos que se trataba de un espejismo. Y hoy los estanques son un erial de losas calientes que nos recuerdan cada día que nos acercamos a una catástrofe climática sin precedentes.
En Córdoba tenemos una inveterada predilección por los estanques (secos). Hay días en que parece que los arquitectos urbanistas los diseñan ya sin agua para que vayamos adaptándonos al verano eterno al que nos dirigimos. Al fin y al cabo, lo importante es que resplandezca su obra y los árboles no hacen sino entorpecer la contemplación del diseño limpio y majestuoso de su capacidad creativa. Desde ese punto de vista, el Balcón del Guadalquivir es un portento urbanístico que se ha llevado unos cuantos premios internacionales. Ya sería la hostia en verso si sirviera también para que la gente paseara por encima.
Otro estanque (seco) que tal es el de la Estación de Córdoba. Un prodigio de arte minimalista que un día tuvo un surtidor de agua. Pero ya ven. Ahora las lagartijas dan un rodeo por la Avenida de América cuando quieren tomar un AVE a Málaga. Los estanques (secos) son muy bonitos. Desde luego. Aunque quizás es momento para ir pensando en los árboles.
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