IU y Ganemos mantienen las dos listas

Los planes de ambos siguen adelante. IU elige mañana a los 15 primeros puestos de su lista mediante una elección en la que pueden participar simpatizantes previamente registrados. Ganemos ha iniciado la recogida de avales con la que pretende concurrir como agrupación de electores -necesita 5.000 firmas validades junto con una copia de cada DNI-.

«Es muy injusta», explica el candidato de Ganemos, Rafael Blázquez, la forma en la que la ley electoral desincentiva la presencia de ciudadanos en las elecciones. Sin embargo, el responsable de la nueva organización afirma que «no hay un plan b». La única alternativa, afirma, es conseguir los avales y presentarse a las elecciones municipales. En la dirección de IU, la música y la letra es la misma. Pese a que las cifras dicen que negociar es lógico, afirman, la animadversión a que IU esté en Ganemos es tal que invalida un intento de enderezar las negociaciones que sí se ha producido en otras ciudades. En cualquier caso, IU asegura que «la mano sigue tendida». «Puede haber charlas de café pero nada formal», explica el candidato de Ganemos, que fue portavoz de Stop Desahucios.

IU ha conseguido 15.975 votos en la capital en las autonómicas mientras que Podemos ha llegado a los 25.000. Realizar una extrapolación por con las municipales resulta complicado, aseguran en Ganemos, porque no es lo mismo. En primer lugar, Podemos no ha querido concurrir con sus siglas en las locales. En segundo, los de mayo son unos comicios muy condicionados por la realidad de cada ciudad.

En IU aseguran que ese es su suelo. El voto tradicional de militantes y simpatizantes del PCA que se han mantenido fieles a las siglas incluso cuando han aparecido nuevas realidades en el espectro a la izquierda del PSOE. Todo lo que puede ocurrir en las municipales es crecer por encima del resultado de las autonómicas que ahora proporcionarían tres ediles.

Ganemos, desvinculada de las siglas de procedencia de sus afiliados (su manifiesto político lo reclama expresamente), asegura que el propio proceso para recabar firmas con las que concurrir a las elecciones será una forma de darse a conocer de cara a un elector que, por el momento, no ofrece signos demoscópicos de cuál puede ser la proyección de esta fuerza.